martes, 5 de mayo de 2020

Bitácora: Parte 3 - Ritmo

Ayer en la mañana leía una investigación acerca de personas introvertidas y extrovertidas. Me sentí identificada con un parte que decía que los introvertidos son personas que cuando necesitan recargar energía, la buscan dentro de ellos y por eso en algunas ocasiones se podía creer, erróneamente, que les gusta estar solos. En las últimas semanas estuve un poco alejada de la gente, no he leído noticias relevantes, las redes sociales populares las mantengo con mi sesión cerrada. Mi necesidad de comunicarme la he utilizado en una red social poco popular y el tiempo libre me ha permitido volver a escribir. Desde hace varios meses quería apagar mi vida virtual y vivir más la realidad, aunque es difícil lograrlo. Me sentía disconforme y no entendía porqué, pero ahora sé que era producto de una verdad que no quería aceptar. Felizmente esa situación se solucionó sin necesidad de involucrarme - digo felizmente porque me desprende de una responsabilidad, que no quería asumir, no quería tener esas dudas de "¿habré hecho lo correcto?" - ahora puedo estar tranquila y mantenerme alejada para desacelerar mi vida.

Esa decisión también tuvo influencia de la penúltima sesión que fue sobre "Ritmo". Recuerdo que mi comentario final: "se me va hacer muy difícil lograr la intención de esta semana". Me preguntó porqué decía eso y le respondí que yo sólo sé seguir mi ritmo. Ese que anda a mil por hora haciendo varias cosas al mismo tiempo, que se compromete en actividades sin recordar que el día la mayoría de veces le queda corto, ese que suele ser desenfrenado y reacciona hacía ciertos estímulos de una manera poco usual ya que exagera todo por ser tan emocional y hacer la mayoría de cosas sin reflexionar antes. Fue gracioso porque me dijo que comience con algo "tan fácil" como hablar más lento y no permita que ninguno de mis juicios interfiriera en ello - ¿yo? ¿hablar lento? -, sólo hable lo más lento que pueda hasta el punto de sentir que estoy exagerando. Además, me dijo que es evidente cuando comienzo a perder el control y que use eso a mi favor para anticipar situaciones.

Terminó la sesión y me sentí en una clase de Clown. En una de esas en la que no me logra salir un ejercicio o en una en la que había tardado demasiado en encontrar la forma de que funcione o en una en que ni si quiera me atreví a intentarlo porque desde afuera me parecía muy difícil. Pero siempre termina la clase. Me despido, me subo a mi auto y mientras manejo hacía casa, aparecen ideas increíbles de como jugar con una situación, fluyen con tanta facilidad pero el momento de hacerlas ya pasó. Gracias a esas clases tengo cierto entrenamiento con la frustración y me recuerdo que siempre existirán nuevos juegos para fracasar hasta lograrlo.

Activar mi lado racional o emocional depende del ritmo en que vaya. Lo he notado en los últimos días. Esto no quiere decir que me volveré racional porque la esencia de cada uno es la que es, pero se puede aprender a mirar desde otra perspectiva. Entender que la velocidad en la que manejaba mi vida acelerada y puede ser la raíz de mis problemas, me ha dado un punto de inicio y mi idea es reducir el ritmo hasta que poco a poco encuentre el equilibrio y aprenda a escoger que velocidad es la que me funciona para cada situación.

***
Comentario "Así como digo una cosa, digo otra"

Esto me recuerda un vídeo que vi hace unos días sobre los seres humanos que no tiene nada que ver con lo que estaba contando pero me pareció interesante.

Imagina un barco con un ancla en medio del mar. El barco se moverá según los agentes externos: la lluvia, la marea, las olas, el viento, entre otros, eso significa que si comienza a moverse el mar rápidamente, lo hará el barco también y si está en calma, lo mismo ocurrirá con él sin embargo, el ancla no se mueve, está arraigada. El barco es nuestro comportamiento y el ancla es nuestro conjunto de valores, eso que nos mueve. A veces las situaciones nos ponen en una posición en que esta bien hasta romper reglas, por ejemplo si uno de nuestros seres queridos está grave y debemos llevarlo al hospital, seguramente nos pasaremos las luces en rojo y manejaremos muy rápido así hayan controladores de velocidad porque nuestro objetivo final y los valores que nos mueven son los que influencian en nuestro comportamiento.

El error de muchos - y me incluyo - es que juzgamos nuestros comportamientos y el de los demás. No hacemos el ejercicio de separar a la persona de sus comportamientos. No tratamos de entender el ancla que nos hace actuar de cierta manera y lo mismo con la gente que nos rodea. Es muy fácil quedarse con el comportamiento, etiquetarlo y colocarlo en el estante de las cosas que nos parecen que está mal (o bien). Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar porque actúa de esa manera? ¿qué es lo que en realidad lo mueve? ¿has separado a la persona de su comportamiento?

Entender las razones en lugar de juzgar comportamientos es algo para entrenar que podría ser muy provechoso tanto en la vida personal como en lo laboral. Además de eso, tener en cuenta que para otros, nosotros también podemos ser considerados como "una persona difícil". Entonces, ¿qué les parece romper esa cadena? y comenzar a ser más pacientes y empáticos con nuestro entorno. Podrías sorprenderte con la cantidad de personas maravillosas que te estás perdiendo por andar encasillando gente.

Lo dejo como idea en el aire.

***

Les confieso que al inicio todo era muy gracioso porque actuaba con torpeza y seriedad al mismo tiempo, sólo me faltaba el público para estar en un número de Clown. Por ejemplo, bajaba de las escaleras corriendo y de pronto paraba en seco y me quedaba quieta unos segundos como cuando recuerdas que estás haciendo algo mal y paras inmediatamente. O escribía un mensaje en el celular o la computadora muy rápido y poco a poco comenzaba a hacerlo más lento. En lugar de hacer varias cosas al mismo tiempo, hacía una lista de deberes y ayudándome con la técnica de Pomodoro iba intercambiando deberes para no atrasar ningún pendiente. Dejé de escuchar canciones movidas por volver a escuchar trova.

Así confirmé la gran relación que tiene el cuerpo con la mente. Si le ordenas a tu cuerpo a ir más lento, pasa lo mismo con tus pensamientos y emociones. Aún siento raro cuando ahora me detengo a pensar antes de responder o hacer algo por impulso. Hay algo que me detiene, que me hace reflexionar y comienzan a aparecer razones en mi cabeza para confirmar o eliminar cierta emoción que estoy sintiendo.

Siempre creeré que la vida es un entrenamiento constante - a veces agotador - y mi parte favorita es encontrarme con algo nuevo que me deja sorprendida. Ser consciente del ritmo con el que llevas tu vida es importante, y ahora que le doy vueltas escribiendo esta publicación me doy cuenta que una vez más el mundo del Clown me ayuda a entender más rápido. En el Clown, el ritmo es fundamental, si no haces algo en el ritmo adecuado, simplemente no funciona. Puede llegar a ser difícil saber cuando y a que velocidad hacer una acción pero es cuestión de prueba y error hasta que encuentres el ritmo adecuado. Siento que encontrar el ritmo es algo interno, no es que tienes que enfocarte en el exterior para ver si funciona, o esperar su aprobación, porque si tu lo disfrutas y te diviertes, estoy segura que podrás compartirlo con los demás para que lo disfruten contigo.

Desacelerarse para encontrarse:
Eligir el tempo como si mi vida 
fuera una canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario