lunes, 20 de abril de 2020

Cuando suba la marea

Mi lista de pasatiempos favoritos es larga y uno, que no hago con frecuencia, es cantar acompañada de una guitarra. Es algo que me encanta hacer desde que estaba en secundaria y pasaba horas con un amigo cantando canciones de Sin Bandera en la puerta de mi casa. Esa época en que podía pasar horas sentada allí sin sentir miedo, que lástima como ha cambiado todo.

Por mucho tiempo tuve suerte y coincidía con alguien que tocaba guitarra y terminábamos las reuniones cantando acompañados de un vaso de ron; sin embargo, deje de frecuentar personas, prioricé otras cosas y de pronto no tenía amigos cercanos que sepan tocar. Por eso decidí aprender a tocar para no necesitar de alguien más pero fracasé en el intento, algo sucede entre ese instrumento y yo que se me hace muy difícil encontrarle el truco y a pesar que varios amigos me repetían hasta el cansancio que tenga paciencia y constancia hasta lograr cantar y tocar al mismo tiempo. Me aburrí en medio proceso, dejé mi guitarra en un rincón de mi habitación y la vendí cuando apareció la oportunidad. Pero la vida así como te quita, también te da y sin querer queriendo me regalo la oportunidad de volver a cantar después de tantos años.

Hace unos días me llegó un mensaje de un amigo diciendo que había aprendido una nueva canción y quería editarla pero necesitaba la voz de una mujer. Quería mi voz. Le respondí que ya, sin pensarlo a pesar que ando muy atareada, sabe dios como siempre logro hacerme tiempo para todo. Entonces hoy luego de terminar la mayoría de pendientes - desperté a las 4 a.m., tal vez eso puede dar una idea de como tengo tiempo, esto me ha hecho recordar que una vez una amiga me dijo muy, pero muy seria "sólo hay una Dreydi, no dos, ¿puedes dejar de pretender que hay dos?" - subí al techo de mi casa a cantar. Mandé el audio sin escucharlo antes. Debo aceptar que me puso un poco nerviosa enviarlo y que otra persona lo escuche, pero luego de unas horas, cuando me envió el resultado final, no pude sentirme más agradecida de no meterle tanta cabeza y sólo enviar mi audio. Amé el resultado y le agradecí también que me haya hecho parte de esto.

La parte graciosa de mi historia es que el día que escuché la canción por primera vez, no tenía mucho sentido para mi y cuando la cantaba no sentía ningún feeling, en realidad ni si quiera me gustó la canción pero ya había dicho que la cantaría entonces ni modo. La estuve escuchando desde el viernes pasado, todas las veces que fueran necesarias para aprenderla de memoria - soy tan distraída que cuando leo, la mayoría de veces leo mal por eso prefiero memorizar algunas cosas - sin embargo hoy, cuando empecé a cantarla, le encontré sentido. Me sentí identificada y sólo espero que me lleven un día lejos cuando suba la marea.

Estaríamos juntos todo el tiempo
hasta quedarnos sin aliento
y comernos el mundo, vaya ilusos, 
y volver a casa en año nuevo.

Pero todo acabó y lo de menos
es buscar una forma de entenderlo.
Yo solía pensar que la vida es un juego
y la pura verdad es que aún lo creo.

Y ahora sé que nunca he sido tu princesa,
que no es azul la sangre de mis venas.
Y ahora sé que el día que yo me muera 
me tumbaré sobre la arena 

y que me lleve lejos cuando suba, la marea.



Por encima del mar de los deseos
 han venido a buscarme los recuerdos
de los días salvajes, apurando
el futuro en la palma de nuestras manos.


P.D. Escucharme cantar me saco una sonrisa y
 me hizo pensar que tengo una voz dulce. 
La música, definitivamente, sana.

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