domingo, 19 de abril de 2020

Bitácora: Parte 1

Decidí iniciar psicoterapia. Ya había tomado sesiones psicológicas que me ayudaban a apagar mis incendios pero hasta ese momento no me había animado a comenzar un proceso largo y hasta en cierto punto agotador. Comencé mi búsqueda y pedí referencias a amigos con conocidos en el rubro, fue bastante fácil con la ayuda de ellos. No le conté a nadie por dos razones: la primera es que quería guardar para mi el proceso y la segunda es mi ego. El aparecía a decirme que había fallado en mi intento de mejorar mi lado emocional con ayuda de libros, pocas sesiones y diferentes técnicas sacadas de Google. Ese mismo ego no me permite mostrar mi vulnerabilidad ante mis personas importantes. Miedo a ser juzgada, a que vean inferior por mis cicatrices - algunas mal curadas - que mi enamorado decida terminar conmigo al dejar en evidencia que necesito ayuda para ganarle a mis demonios, no aceptar que hay más detrás de la chica que le encanta ayudar a los demás y estar sonriendo. Esos y muchos más pensamientos que sólo restan y el ego se encarga de poner a revolotear en mi cabeza y no hace más que dificultar mi camino que ya es retador.

La primera gran decisión que tomé fue quitarle el poder que tiene en mi vida. Callarlo, pisarlo, ignorarlo, reírme de sus argumentos tontos y lo haré hasta que llegue el día en que pueda jugar con él en algún número de clown. Lo que dice mi ego puede como no puede ser verdad, de hecho algunos de mis miedos se volvieron realidad pero ahora que pasaron, no son tan terribles como pensé. Lo principal que tenemos es uno mismo y la única forma de sentirte y vivir bien es amando cada una de tus luces y sombras. Lo demás, como el exterior, las personas, las cosas materiales no son la fuente de tu bienestar. A algunos, como a mi, se nos hace difícil amar nuestras sombras y buscamos afuera la aceptación que no nos regalamos nosotros mismos. Sin embargo, debemos interiorizar - o poner en un letrero gigante en el cuarto para recordarlo todos los días - que en la dualidad de las personas está lo especial de cada uno. Nuestras sombras no son tan malas como parecen, puede dar miedo / vergüenza aceptar alguna de ellas, por ejemplo aceptar que eres envidioso, o codicioso, o vengativo porque nos han enseñado que existen cosas positivas y negativas, y ahora está tan de moda repetir que ciertas cosas son "tóxicas". Sin embargo yo creo que algunas de las herramientas que tenemos han llegado a nosotros como una forma de sobrevivencia y protección, sólo hay que aprender a balancear, usarlas a nuestro favor procurando no hacerle daño a nadie y sobretodo dejarlas ir cuando ya no nos sirven más. Uno de mis peores errores ha sido permitir que etiqueten mis acciones como malas, tóxicas, negativas sólo porque alguien más - como acto de defenderse a si mismo - lo dijo y yo no hice más que creerle y se quedó grabado en alguna parte de mi inconsciente y así haya pasado mucho o poco tiempo, todavía hay días que de la nada, lo recuerdo. Recordemos que al final, todos somos espejo del otro y lo que tanto te enoja / molesta / fastidia de mi, es lo que tienes tú en tu interior. Por eso evitemos juzgar a los demás, encárgate de ti y deja a los demás encargarse de ellos.

Me emocioné y perdí en lo que estaba contando, retomaré el tema. El día de mi primera sesión, estuve con toda la apertura necesaria y fue increíble. De hecho en todas mis sesiones, mi racionalidad aparece en todo su esplendor - como dice mi psicóloga: "tienes veinte en teoría" - y para una persona emocional, como yo, se siente realmente fabuloso. Mi problema es llevarlo a la practica, hay días que lo logro pero tengo que esforzarme en ser muy consciente y termino con dolores de cabeza. Al finalizar me preguntó si estaba dispuesta a cambiar la filosofía de vida que tenía, deconstruir mi forma anterior de ver el mundo para volver a construir una que me permita lograr lo que busco en mi vida y luego de aceptar, inicié mi proceso de aterrizar en papel lo que quiero en la vida y quien quiero ser.

No sé a donde me lleve este nuevo camino pero siento que me está ayudando a sobrellevar algunos problemas. Si hace unos meses me contarían todo lo que ha cambiado y pasado en este último mes, de seguro que no las creía pero ha sido una oportunidad para poner en practica lo que en teoría sé. La he cagado y la seguiré cagando porque el manual de usuario de vida que me regalaron cuando nací está en chino y me cuesta entenderme pero mi lado dependiente y emocional se reduce poco a poco y eso es una buena señal, sé que hay más por mejorar pero me felicito por mis pequeños logros. He podido sonreír a pesar de que mi futuro se destruyo y ahora no me queda más que aferrarme a la frase "todo estará bien" y seguir dando lo mejor de mi, sea lo que sea que pase. Ahora entiendo que la vida no es todos los días de colores y nadie puede hacer nada para que sea lo contrario. De hecho, los momentos de felicidad son fugaces y el ideal que antes perseguía de "ser feliz todos los días" ha sido destruido porque ya no creo que sea algo sostenible en el tiempo. Sin embargo, en los momentos en que todo se pone en blanco y negro, en que aparentemente todo está mal, y viene una mala noticia, sobre otra y otra y sientes que no tienes el control de absolutamente nada, siempre tendrás el control de lo más importante para enfrentar estos ratos: Tus emociones, tus reacciones y tus decisiones. Nadie te podrá quitar el control sobre eso y es fundamental para que un momento negro se pueda ver, al menos, gris.

Estoy aprendiendo a vivir con mis días blanco y negro. Inclusive hoy es uno de esos días y no me queda más que recordar que sólo depende de mi como quiero que sea este día negro. Entrecierro los ojos un poco y hasta parece azul, como el mar.

"Todo mal pone bien,
sana del odio también." - SR

No hay comentarios:

Publicar un comentario