martes, 25 de febrero de 2020

Redes desenfuchadas

Apaga tus redes sociales, desactívalas por un momento. Olvida las publicaciones, las fotos, las enseñanzas, los puntos de vista, las frustraciones e indignaciones que compartiste. Desconéctate del teléfono. Deja de medirte en cantidad de likes, de conversaciones pendientes y visitas a tu perfil. 

¿Qué hay más allá de lo que veo cuando pongo tu nombre en el buscador? 
¿Qué encontraré si te escribo un mensaje y te invito a tomar algo?
¿Te asemejas, al menos un poco, a lo que quieres vender?
¿Qué careta te compraste para encajar?
¿Qué hay detrás de los filtros?
¿Qué queda de ti?


Veo mucha gente intentando encontrar su felicidad y realmente me llena de esperanza porque mi mantra de vida es que hemos nacido para ser felices. Tal vez la felicidad está en ser conocido o en tener una familia numerosa o viajar por todo el mundo o leer un libro por mes o en comer rico el fin de semana. 

La felicidad es abstracta y al mismo tiempo simple. 
La felicidad no es para mi, la misma que para ti. 

Sin embargo, a veces me queda la duda si lo que la gente hace es porque realmente quieren ser felices o porque quieren tomarse una foto de felicidad.

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