"¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón."
El domingo por la noche escuché por primera vez la canción "Yo vengo a ofrecer mi corazón" de Fito Páez interpretada por Susana Baca. Estremeció mi corazón y las lágrimas aparecieron en mis ojos. Luego entré a Spotify y escuché la misma canción pero interpretada por Mercedes Sosa y ya no pude detener el derroche de emoción. Era como si una canción, me estaría dando luces y mucho consuelo.
La tristeza volvió a asomarse este domingo. Desperté y decidí leer noticias antes de comenzar un trabajo. Estaba tratando de dejar de informarme porque me tomo muy en serio algunas noticias que leo y le doy vueltas en mi cabeza como si fuera un trompo - así nacen mis dolores de cabeza - por eso, ya no puedo leer más sobre el coronavirus porque siento que perdimos el control y veo tan de cerca como la gente está muriendo, como mis amigos se enferman y cada día cuando despierto les pregunto con miedo cómo amanecieron. Mi corazón se rompe con cada llamada de: "falleció el papá de ...". A pesar que necesito poner límites y cuidarme, también necesito esos choques con la realidad para ponerle paños fríos a mi optimismo descontrolado.
La noticia con la que me choqué, me hizo perder la mitad de mis esperanzas. No podía creer lo que está sucediendo en el mundo ¿El 2020 es una especie de película de suspenso - terror? Me niego a creer que estemos tan podridos. Me niego a creer que pueda existir tanta violencia sin ningún tipo de sentido y que todavía alguien se pueda sentir superior con el simple sustento de que lo es porque nació de un determinado color, o género u orientación sexual. Tan superior como para darse licencia para arrebatarle la vida a alguien más. Me niego a aceptar el número de violaciones diarias cuando nos encontramos en un "estado de emergencia". No lo entiendo, mi cabeza no procesa cierto tipo de maldad, sólo la siento y me lleno de enojo, de ganas de hacer algo pero no sé que. Es ahí cuando comienzo a creerme la broma que ando repitiendo sobre irme a vivir a Marte, ¿qué fácil no? Me borro del problema y ya está. Entonces, escribiendo esto, caigo en cuenta que yo también soy parte del problema.
Ya no quiero ser parte del problema.
Hace unos meses, mientras leía sobre tantos casos de asesinatos de mujeres, me dije a mi misma que es momento de dejar mi actitud pasiva. Sin embargo, unirme a las marchas y protestas, no es suficiente. No es que crea que no tienen valor, de hecho me parece muy valiente cuando la gente sale a luchar a las calles y gritar lo que cree, contra todo y todos. Pero mi indignación y rabia interna, no la quiero exteriorizar de esa forma - así algunos crean que me gusta pelear. No señora, detesto pelear y combatir la violencia con más violencia - entonces, ¿dónde me veo? Cuando pienso en eso, aparece en mi mente una imagen muy clara y recuerdo que hace unas semanas tuve una conversación por videollamada con un amigo y me dijo: "Si hubieras comenzado a estudiar psicología el día que nos tomamos un café, ya estarías terminando la carrera."
Ese pendiente me persigue porque es la primera - y hasta ahora única - solución que se me viene a la cabeza para combatir tanto odio. Creo fielmente que esa gente que esparce odio en el mundo son aquellos que necesitan más sentir y saber lo que es el amor. Para mi, el amor es la solución para todo. Tal vez es mi optimismo descontrolado o es que vivo en el mundo de la ilusión como mis mejores amigos siempre me repiten, pero es lo que creo y es algo que tengo que hacer sin poner más excusas. ¿Han leído el cuento de la niña que rescata estrellas de mar todas las noches? La acción que ella hace cuando le preguntan por qué pierde el tiempo salvando estrellas cuando al día mueren miles en todas las playas del mundo y ella se agacha, recoge una estrella, la lanza al mar y le responde "para esta estrella cambió algo". Es exactamente lo que me gustaría hacer: Impactar en sólo una vida. Porque si logras hacer eso, todo el esfuerzo habrá valido porque para esa persona habrá cambiado todo.
Hoy no tengo las herramientas para impactar en alguien más - o eso creo, aún no siento la confianza para hacerlo - pero como dice la canción: Vengo a ofrecer mi corazón. Para mi eso significa que me ofrezco a mi misma y voy a impactar en mi vida. Es lo que puedo hacer mientras sigo dándole vueltas a como ayudaré en este problema que ya me he comprado como si fuera mío.
"Cuando no haya nadie cerca o lejos,
Yo vengo a ofrecer mi corazón."
No hay comentarios:
Publicar un comentario