viernes, 24 de abril de 2020

De la teoría a la práctica

He pasado por todas las etapas de la gestión del cambio en este aislamiento social. Me gusta haber sido consciente de cada una de ellas ya que alguna vez hice una capacitación en este tema y mis sustentos eran teóricos ya que no solía analizar las cosas que pasan y usualmente me adapto a lo que hay.

Primero, la negación y yo hicieron que posponga para Abril un pasaje que tenía en el mes de Marzo, creyendo que la mayoría exageraba y no podía ser verdad que literalmente el mundo entero se paralice pero sí fue así y los aeropuertos cerraron, los vuelos se cancelaron, la oficina se movió a la casa y las clases se volvieron virtuales. De hecho, si sería menos consciente del valor del dinero habría adelantado mi pasaje para volar antes que cierren las fronteras a pesar que la mayoría me decía que estaba loca - ¿qué sería de mi sola en un cuarto de Barcelona sin gustarme cocinar? por ratos se me viene esa pregunta a la cabeza y creo que estaría a punta de yogur con cereal y alguna comida muy simple de preparar - y sí tenían mucho de razón, a veces puede parecer que estoy medio loca porque tomo decisiones sin pensar y sólo dejándome llevar por el sentimiento.

Luego entré a la etapa de resistencia. Esta es la etapa más difícil de todas. Me sentía frustrada y ya no quería estudiar, ni trabajar, les confieso que hubo una mañana en que le envíe un mensaje de texto a un amigo, a quién conozco desde la universidad y le tengo mucha confianza porque es ese tipo de persona que no te juzga y siempre te escucha con oídos de amor, donde le decía que habían días en que deseaba no abrir los ojos. Sé que puede sonar exagerado pero mi motivación estaba en el piso y hacía muchos esfuerzos por irradiar a los demás que estaba bien, de sonreír, de dar ánimos a otros, de entender el malhumor de algunas personas que estaban en una situación peor que la mía. A pesar de mis intentos, comenzaron las peleas con la aseguradora, con la aerolínea, con la escuela y con cualquiera que se me cruzara. Fueron unas semanas realmente difíciles en que lloraba casi todos los días, se me quitaron las ganas hasta de comer, pasaba los días encerrada preguntándome muchas cosas, pensando que había hecho mal, creyéndome tan importante como para creer que todo pasa por una suerte de que la vida quiere joder cuando esto afecta a miles de miles de personas y no soy la única con el futuro quebrado. Es que extrañaba tanto y mis expectativas para este año eran tan altas, llevaba semanas contando los días para mudarme a un nuevo lugar y comenzar una etapa totalmente diferente en mi vida que aparentemente - o mirándolo desde lejos - parecía que no había forma que algo saliera mal porque tenía el plan perfecto. No sabía como encontrarle el lado positivo de un futuro que se me caía a pedazos, no sabía como lidiar con la situación.

Luego estuve entre exploración y resistencia. Habían días en que el encontraba el lado bello de la crisis y otros en que volvía al sentimiento de frustración. Dentro de lo positivo creía que era momento de valorar aquellos aspectos de mi vida que tenía tan descuidados por lo rápido que se pasan los días, por lo acelerada que soy tratando de hacer varias cosas al mismo, como por ejemplo: tomar un café en la noche con mi familia, pasar una tarde jugando juegos de mesa, ver una serie todos juntos en la sala. Además, recordar el valor del lugar donde he nacido, la naturaleza, los diferentes ecosistemas que nos rodean; que personalmente me encantan porque no tengo que ir muy lejos para escapar a una catarata o perderme por matorrales o descansar en un campo lleno de flores. Sin embargo, acabo de entender que esta situación no ha llegado para algo tan simple como para revalorar y recordar que es lo importante.

Estoy ingresando a la etapa de aceptación y compromiso - dice la teoría que podría volver a alguna de las etapas pasada, espero no hacerlo - donde decido que esta es mi temporada de reinventarme y agradezco contar con todo el tiempo para hacerlo hasta que podamos volver a las calles a demostrar lo que cada uno tiene dentro de si. Tengo el tiempo suficiente para darle vueltas a lo que quiero, a quien soy, escribir aquí y releerme cada vez que siento que me pierdo otra vez, a hacer un draft sobre otro y otro para reinventar mi forma de pensar, de sentir y de vivir. No permitiré seguir ahogándome en lo que pudo o no pudo ser, así la tristeza llamé a mi puerta varias veces al día porque sí, tengo un lado que se siente terriblemente triste y es el que me ayuda a aferrarme al presente para esta situación no me haga perder aún más cosas.

Todo lo que quiero ahora, se resume en la siguiente frase:


"Are you driving change or are you being driven by it?"

jueves, 23 de abril de 2020

Juicio de Expertos

Llevo muchos años aplicando "juicio de expertos" en mi vida. Cada vez que quiero ayuda en un tema en específico, pienso en quien podría saber del tema y me lanzo a preguntar. Cuando se trata de iniciar una conversación porque necesito saber algo, mi timidez pasa a segundo plano. Sí, tengo un lado que es tímido pero mi lado intenso es más fuerte la mayoría de tiempo, de todos modos si un día me ves ponerme roja es mi timidez diciendo "hola". Le he escrito a mucha gente que no conozco y felizmente hasta ahora nadie me ha dejado con una pregunta en el aire, al contrario con algunos de ellos fue así como se inició una amistad o un vinculo de intercambio de consejos.

Ayer terminé de hacer el timeline de mis futuros diez años. Hace mucho tiempo que no hacía algo sola, sin consultar una segunda opinión, sin ni si quiera contarle lo que hacía a alguien más y tomando cada meta con la seriedad que involucra. Sentí que si este futuro se convierte en realidad, es muy probable que posponga algo que he puesto en el top 1 de mi vida desde que recuerdo pero he apostado tantas veces por lo mismo que ahora me siento agotada, por eso esta vez pondré mis fichas en otra cosa, quien sabe tal vez eso sea lo que necesito.

Cuando miré mi futuro, aterrizado, tangible, realizable, escrito en blanco y negro - es sólo un decir porque en realidad lo he hecho de colores - me di cuenta que para hacer varias cosas, no tengo ni la menor idea de por donde empezar. Entonces me puse a pensar a quién podría recurrir en busca de ayuda. Creo fielmente en un proverbio de la Biblia que dice: "Donde no hay buen consejo, el pueblo cae; pero en la abundancia de consejeros está la victoria." Por eso he aprendido a preguntar y saber a quién preguntar.

"Pide y se te concederá". Ayer, antes de dormir deseé luces para comenzar a trazar mi camino y hoy, cuando desperté, lo primero que leí fue un mensaje que puso a mi cerebro a revolucionar en mil ya que era el testimonio de alguien que ya había pasado por lo que yo que busco. Me paré de la cama, me alisté rápidamente para mis clases - que son muy temprano - y le escribí preguntando mil cosas. Felizmente es una persona que le encanta conversar como a mi, así que no fue muy difícil que después de algunos textos decidiéramos comenzar con los mensajes de voz en donde me contaba de su vida y yo de la mía.


Lo que rescato de la conversación fue algo totalmente diferente a la razón por la que inicialmente le escribí. De hecho, si me dio muchas luces para comenzar algunos planes pero en uno de mis mensajes le conté los dilemas en que anda mi cabeza últimamente para luego disculparme por estar tan preocupada sobre un futuro que no sabemos si existirá y su respuesta fue inesperada. Me dijo que hace cuatro años llegó a su primera cita en el psicólogo con la misma pregunta: "¿Cómo hago para dejar de preocuparme por el futuro y enfocarme en el presente?" y de todo lo que me contó, se me quedaron unas líneas dando vueltas en la cabeza. 


"Look, I don't wanna sound like I'm super smart and I know everything to give any advice. 
I'm just a normal human being but my point is also all are human beings (...) so, keep on working and see what will happen." 


Conocer a alguien con una vida tan diferente en donde para mí es el otro lado del mundo y lo único en común que tenemos, al día de hoy, es que somos seres humanos y sólo con eso ya tener muchas similitudes, me hizo reflexionar sobre todo. Las cosas que me contaba eran tan parecidas a las que yo siento que me di cuenta que no puedo seguir siendo dura conmigo y creer que mis defectos son lo peor que existe. Escuchar a alguien más que ha logrado cosas increíbles a pesar de tener ataques de pánico y crisis de ansiedad, como se ha aventurado a irse de casa, viajar por el mundo y hablar más un idioma que no es el suyo, vivir en una ciudad en donde conoce a muy poca gente sin saber hablar español, me hizo entender que somos mucho más que una lista de defectos. Entender que "soy humana, como todos lo somos" reconfortó mi corazón. No busco justificarme, de hecho repito a más no poder que hay que buscar la forma de ser mejor pero también hay que ser condescendientes con uno mismo y recordar quienes somos.

¿Quien soy? Soy una mujer de veintiocho años que encontró su vocación hace mucho y desde ese día trabajar es divertido. Una persona perseverante, honesta, leal con las personas que quiere y decidida, que le encanta soñar con los ojos abiertos y enfrentarse a nuevos retos. Alguien que cree que el amor está en esos intentos de ir aprendiendo como amar y en las cosas cotidianas de la vida. Una persona que aún tiene esperanza y cree en la bondad de las personas, que entiende cuando otros tienen días malos y puede llegar a ser muy condescendiente con el resto. Soy quién podrás buscar cuando lo necesites y aunque me hayas roto el corazón te ayudaré en lo que pueda, porque no sé guardar rencor.

Sé lo que quiero, sé lo que tengo, sé lo que valgo. 
Soy un ser humano que se esfuerza por ser su mejor versión.

miércoles, 22 de abril de 2020

Reinventando: Parte 3

¡Hoy por fin es el día! - Fue lo primero que dijo al despertar.

Se levantó de la cama y camino hacía la ventana para abrir las cortinas y ver el parque que había frente al lugar donde vivía. Ese día despertó antes de que suene la alarma y eso sólo ocurría cuando estaba emocionada. La noche anterior ya había escogido la ropa que usaría para el trabajo, además dejó listo un bolso con la ropa para el taller y las cosas que usualmente utiliza en el día a día. Se quedó mirando los árboles por un rato, veía como el viento movía sus hojas de un lado al otro y le producía mucha paz. Le recordaba los días en que después de un examen final se iba a dormir a cualquier parque de La Fontana y la sombra de un árbol era su fuente de tranquilidad mientras escuchaba canciones de Silvio Rodríguez en un mp3. De pronto, sonó la alarma y le recordó que debía comenzar a arreglarse para iniciar el día.

Una ducha rápida mientras se sancochan un par de huevos en la cocina. Cambiarse mientras bailaba alguna canción sexy de camino a la cocina para seguir preparando el desayuno. Prende la licuadora para hacer un batido mientras va repasando en su cabeza las cosas que necesita y verifica que no se esté olvidando de nada, toma sus cosas y baja corriendo seis pisos hasta llegar a la cochera. Prende el auto y el shuffle de Spotify decide iniciar el viaje con Here comes the sun.

¡Esto, definitivamente, es un augurio de que será un gran día! - Se dice así misma en voz alta mientras sale de la cochera del edificio. El optimismo que la rodea cuando está feliz es magia.
Que tenga bonito día señorita - le dice el portero, como todos los días, con una sonrisa amable.
También para ti, Carlos.

Maneja hacía la oficina mientras responde mensajes. Llega a su destino y saluda a todos con una sonrisa. Daniela consideraba que tenía mucha suerte de tener un trabajo que haría por hobbie. Hay personas que trabajan por dinero, posición, poder o porque es lo que la vida te obliga a hacer cuando llegas a cierta edad sin embargo la motivación interna que ella tenía sobre su día a día la hacía destacar por momentos y diferenciarse del resto. Lo que ella hacía no alimentaba su ego, si no su alma y eso lo confirmaba en los días en que se sentía triste, porque al poder ayudar en el bienestar de alguien, la hacía sentir viva otra vez y estaría dispuesta a hacerlo siempre. La predisposición de servicio que tenía hacía el mundo y la forma en que llevaba los días más pesados, de cantar y bailar una canción de regueaton en su silla, era lo que la hacía especial.

Ese día salió un poco más temprano, ya que no sabía cuanto tráfico encontraría en las calles limeñas y tenía que cruzar toda la costa verde para llegar a su destino. Usualmente, ese lugar no es parte de su ruta diaria y por eso le encantaba cuando desviaba su camino de regreso a casa e iba por allí. Ver el mar mientras conduce y de fondo una buena canción era otro pequeño momento de felicidad. Los ojos se le desviaban de la pista y miraba a los que surfean, a los niños comiendo helados, las olas romper una y otra vez, los pájaros volando en el cielo, las nubes y el cielo cambiando de colores. Así reafirmaba que lo simple siempre será lo que más aprecia en la vida.

Llegó 30 minutos antes a la escuela que quedaba en Barranco, muy cerca de la estación Bulevar del Metropolitano. Su estación favorita por la cantidad de recuerdos que evoca, como esos días en que la vida era fácil y lo más terrible que podía hacer era faltar a una de las clases de la universidad para pasar una tarde entregando amor. Los helados, los potes de fréjol colado, un pequeño parque desde donde se veían los yates en el mar, las largas caminatas por todo el malecón hasta llegar a San Isidro, las caídas en patines, el mal intento de ser cool y ser parte de los skaters, la promesa de dos jóvenes que tenían un poco de ilusos y un mucho de locos que soñaban con comerse el mundo. Miles de recuerdos comienzan a pasar por su mente y se detiene unos minutos a mirar como ha cambiado todo, ella tampoco es la misma pero se caracteriza por guardar cada uno de los momentos que vivió en su corazón, valorando y agradeciendo cada uno de los ratos felices y olvidando lo malo. Una fugaz nostalgia se revela en forma de sonrisa. 

Decide seguir su camino e ingresar a la escuela. Toca la puerta y le indican donde sería la clase y donde puede cambiarse. Se retira el vestido formal, los zapatos de tacón, las joyas y borra su maquillaje. Se pone un pantalón de color oscuro y un polo blanco. Forma un moño alto con su cabello y se queda mirándose en el espejo antes de salir.

Ingresa al salón donde sería la clase. Era más grande de lo que imaginaba y el piso era suave, se parecía al piso de goma del club donde entrenaba voleyball cuando era niña, donde caerse no era doloroso, al contrario, recuerda con cierta gracia el día que le enseñaron la técnica de como caerte luego de bloquear un ataque. Mira nuevamente la hora y todavía faltaban 20 minutos más, busca una esquina donde ponerse cómoda, se coloca sus audífonos y comienza a balbucear una canción. Cuando de pronto, alguien más aparece.

Hola tú. - Era Pablo con una actitud divertida.
- Hola tú. - Respondió Daniela mirándolo con el rabo del ojo mientras trataba de aguantar una sonrisa y se esforzaba por tener una actitud distante y seria. 
Ya sé como me vas a pagar el favor del otro día.
- Y... ¿Por qué no puede ser tu buena acción de la semana por puro amor al prójimo? - Esta vez ya no evita su mirada y le responde mirándolo fijamente a los ojos.
- Es que realmente me gustaría ir contigo a un lugar y estoy buscando una excusa. - Se siente cierta timidez en sus palabras.
- Jajajaja. ¡Qué raro eres! - La actitud distante se rompió y comenzó a reírse.  
- ¿Estás libre el sábado?
Sí. - Respondió cuando en realidad no lo estaba. Al contrario, tenía un fin de semana muy atareado entre ensayos con la banda, una tarea de sus clases de Literatura y luego quedó con Ximena en irse de tarde de chicas.
- Genial, entonces nos encontramos el sábado en la mañana en la puerta de la escuela. No vengas con auto y trae ropa cómoda.
- Dime que no eres un asesino en serie.

Pablo se sentó de rodillas frente de ella. La quedó mirando por un rato y de pronto una atmósfera de complicidad inexplicable estaba sobre ellos. La distancia era la suficiente como para no dejarte llevar por los impulsos y para ella más que la distancia aún sentía miedo de lo que comenzaba a sentir.

Confía, ¿sí? Sólo confía.

martes, 21 de abril de 2020

Bitácora: Parte 2

"Lento para enojarte y rápido para calmarte." 


La vida es un ensayo de prueba y error. Entre más errores tengas, más experiencia y aprendizaje tendrás. Sin embargo, todo lo que sucede tiene un propósito, no existen las casualidades, y su finalidad es que adquieras las herramientas que necesitas. Esto quiere decir que es muy probable que tu prueba sea la misma una y otra y otra vez si es que no aprendes la lección en el primer "error" que sucede. Sería como estar en un videojuego y no vas a pasar al siguiente nivel hasta que logres cumplir la misión que te han encomendado.

Partiendo de eso, estos días he estado cultivando mi pensamiento reflexivo y para ayudarme he decidido tener una intención: Antes de dejarme llevar por una emoción, sea el enojo, la tristeza, la frustración, la decepción, [inserte aquí la emoción que se le ocurra], tomaré un respiro y me alejaré de lo que me produce ese sentimiento y comenzaré a buscar los drivers que me ayudan a calmarme rápidamente. Por ejemplo: bailar una canción, darme una ducha, avanzar alguna tarea pendiente.

Si tengo que dar un consejo, siempre será el de insistir y no dejar de probar, sin embargo si pasas la misma prueba muchas veces y tu reacción siempre es la misma y el resultado no te gusta. No estaría mal replantearte si de verdad eso es lo que quieres para tu vida. Por último, cuando caigas en el error, repornerte rápido y move on!

lunes, 20 de abril de 2020

Cuando suba la marea

Mi lista de pasatiempos favoritos es larga y uno, que no hago con frecuencia, es cantar acompañada de una guitarra. Es algo que me encanta hacer desde que estaba en secundaria y pasaba horas con un amigo cantando canciones de Sin Bandera en la puerta de mi casa. Esa época en que podía pasar horas sentada allí sin sentir miedo, que lástima como ha cambiado todo.

Por mucho tiempo tuve suerte y coincidía con alguien que tocaba guitarra y terminábamos las reuniones cantando acompañados de un vaso de ron; sin embargo, deje de frecuentar personas, prioricé otras cosas y de pronto no tenía amigos cercanos que sepan tocar. Por eso decidí aprender a tocar para no necesitar de alguien más pero fracasé en el intento, algo sucede entre ese instrumento y yo que se me hace muy difícil encontrarle el truco y a pesar que varios amigos me repetían hasta el cansancio que tenga paciencia y constancia hasta lograr cantar y tocar al mismo tiempo. Me aburrí en medio proceso, dejé mi guitarra en un rincón de mi habitación y la vendí cuando apareció la oportunidad. Pero la vida así como te quita, también te da y sin querer queriendo me regalo la oportunidad de volver a cantar después de tantos años.

Hace unos días me llegó un mensaje de un amigo diciendo que había aprendido una nueva canción y quería editarla pero necesitaba la voz de una mujer. Quería mi voz. Le respondí que ya, sin pensarlo a pesar que ando muy atareada, sabe dios como siempre logro hacerme tiempo para todo. Entonces hoy luego de terminar la mayoría de pendientes - desperté a las 4 a.m., tal vez eso puede dar una idea de como tengo tiempo, esto me ha hecho recordar que una vez una amiga me dijo muy, pero muy seria "sólo hay una Dreydi, no dos, ¿puedes dejar de pretender que hay dos?" - subí al techo de mi casa a cantar. Mandé el audio sin escucharlo antes. Debo aceptar que me puso un poco nerviosa enviarlo y que otra persona lo escuche, pero luego de unas horas, cuando me envió el resultado final, no pude sentirme más agradecida de no meterle tanta cabeza y sólo enviar mi audio. Amé el resultado y le agradecí también que me haya hecho parte de esto.

La parte graciosa de mi historia es que el día que escuché la canción por primera vez, no tenía mucho sentido para mi y cuando la cantaba no sentía ningún feeling, en realidad ni si quiera me gustó la canción pero ya había dicho que la cantaría entonces ni modo. La estuve escuchando desde el viernes pasado, todas las veces que fueran necesarias para aprenderla de memoria - soy tan distraída que cuando leo, la mayoría de veces leo mal por eso prefiero memorizar algunas cosas - sin embargo hoy, cuando empecé a cantarla, le encontré sentido. Me sentí identificada y sólo espero que me lleven un día lejos cuando suba la marea.

Estaríamos juntos todo el tiempo
hasta quedarnos sin aliento
y comernos el mundo, vaya ilusos, 
y volver a casa en año nuevo.

Pero todo acabó y lo de menos
es buscar una forma de entenderlo.
Yo solía pensar que la vida es un juego
y la pura verdad es que aún lo creo.

Y ahora sé que nunca he sido tu princesa,
que no es azul la sangre de mis venas.
Y ahora sé que el día que yo me muera 
me tumbaré sobre la arena 

y que me lleve lejos cuando suba, la marea.



Por encima del mar de los deseos
 han venido a buscarme los recuerdos
de los días salvajes, apurando
el futuro en la palma de nuestras manos.


P.D. Escucharme cantar me saco una sonrisa y
 me hizo pensar que tengo una voz dulce. 
La música, definitivamente, sana.

domingo, 19 de abril de 2020

Bitácora: Parte 1

Decidí iniciar psicoterapia. Ya había tomado sesiones psicológicas que me ayudaban a apagar mis incendios pero hasta ese momento no me había animado a comenzar un proceso largo y hasta en cierto punto agotador. Comencé mi búsqueda y pedí referencias a amigos con conocidos en el rubro, fue bastante fácil con la ayuda de ellos. No le conté a nadie por dos razones: la primera es que quería guardar para mi el proceso y la segunda es mi ego. El aparecía a decirme que había fallado en mi intento de mejorar mi lado emocional con ayuda de libros, pocas sesiones y diferentes técnicas sacadas de Google. Ese mismo ego no me permite mostrar mi vulnerabilidad ante mis personas importantes. Miedo a ser juzgada, a que vean inferior por mis cicatrices - algunas mal curadas - que mi enamorado decida terminar conmigo al dejar en evidencia que necesito ayuda para ganarle a mis demonios, no aceptar que hay más detrás de la chica que le encanta ayudar a los demás y estar sonriendo. Esos y muchos más pensamientos que sólo restan y el ego se encarga de poner a revolotear en mi cabeza y no hace más que dificultar mi camino que ya es retador.

La primera gran decisión que tomé fue quitarle el poder que tiene en mi vida. Callarlo, pisarlo, ignorarlo, reírme de sus argumentos tontos y lo haré hasta que llegue el día en que pueda jugar con él en algún número de clown. Lo que dice mi ego puede como no puede ser verdad, de hecho algunos de mis miedos se volvieron realidad pero ahora que pasaron, no son tan terribles como pensé. Lo principal que tenemos es uno mismo y la única forma de sentirte y vivir bien es amando cada una de tus luces y sombras. Lo demás, como el exterior, las personas, las cosas materiales no son la fuente de tu bienestar. A algunos, como a mi, se nos hace difícil amar nuestras sombras y buscamos afuera la aceptación que no nos regalamos nosotros mismos. Sin embargo, debemos interiorizar - o poner en un letrero gigante en el cuarto para recordarlo todos los días - que en la dualidad de las personas está lo especial de cada uno. Nuestras sombras no son tan malas como parecen, puede dar miedo / vergüenza aceptar alguna de ellas, por ejemplo aceptar que eres envidioso, o codicioso, o vengativo porque nos han enseñado que existen cosas positivas y negativas, y ahora está tan de moda repetir que ciertas cosas son "tóxicas". Sin embargo yo creo que algunas de las herramientas que tenemos han llegado a nosotros como una forma de sobrevivencia y protección, sólo hay que aprender a balancear, usarlas a nuestro favor procurando no hacerle daño a nadie y sobretodo dejarlas ir cuando ya no nos sirven más. Uno de mis peores errores ha sido permitir que etiqueten mis acciones como malas, tóxicas, negativas sólo porque alguien más - como acto de defenderse a si mismo - lo dijo y yo no hice más que creerle y se quedó grabado en alguna parte de mi inconsciente y así haya pasado mucho o poco tiempo, todavía hay días que de la nada, lo recuerdo. Recordemos que al final, todos somos espejo del otro y lo que tanto te enoja / molesta / fastidia de mi, es lo que tienes tú en tu interior. Por eso evitemos juzgar a los demás, encárgate de ti y deja a los demás encargarse de ellos.

Me emocioné y perdí en lo que estaba contando, retomaré el tema. El día de mi primera sesión, estuve con toda la apertura necesaria y fue increíble. De hecho en todas mis sesiones, mi racionalidad aparece en todo su esplendor - como dice mi psicóloga: "tienes veinte en teoría" - y para una persona emocional, como yo, se siente realmente fabuloso. Mi problema es llevarlo a la practica, hay días que lo logro pero tengo que esforzarme en ser muy consciente y termino con dolores de cabeza. Al finalizar me preguntó si estaba dispuesta a cambiar la filosofía de vida que tenía, deconstruir mi forma anterior de ver el mundo para volver a construir una que me permita lograr lo que busco en mi vida y luego de aceptar, inicié mi proceso de aterrizar en papel lo que quiero en la vida y quien quiero ser.

No sé a donde me lleve este nuevo camino pero siento que me está ayudando a sobrellevar algunos problemas. Si hace unos meses me contarían todo lo que ha cambiado y pasado en este último mes, de seguro que no las creía pero ha sido una oportunidad para poner en practica lo que en teoría sé. La he cagado y la seguiré cagando porque el manual de usuario de vida que me regalaron cuando nací está en chino y me cuesta entenderme pero mi lado dependiente y emocional se reduce poco a poco y eso es una buena señal, sé que hay más por mejorar pero me felicito por mis pequeños logros. He podido sonreír a pesar de que mi futuro se destruyo y ahora no me queda más que aferrarme a la frase "todo estará bien" y seguir dando lo mejor de mi, sea lo que sea que pase. Ahora entiendo que la vida no es todos los días de colores y nadie puede hacer nada para que sea lo contrario. De hecho, los momentos de felicidad son fugaces y el ideal que antes perseguía de "ser feliz todos los días" ha sido destruido porque ya no creo que sea algo sostenible en el tiempo. Sin embargo, en los momentos en que todo se pone en blanco y negro, en que aparentemente todo está mal, y viene una mala noticia, sobre otra y otra y sientes que no tienes el control de absolutamente nada, siempre tendrás el control de lo más importante para enfrentar estos ratos: Tus emociones, tus reacciones y tus decisiones. Nadie te podrá quitar el control sobre eso y es fundamental para que un momento negro se pueda ver, al menos, gris.

Estoy aprendiendo a vivir con mis días blanco y negro. Inclusive hoy es uno de esos días y no me queda más que recordar que sólo depende de mi como quiero que sea este día negro. Entrecierro los ojos un poco y hasta parece azul, como el mar.

"Todo mal pone bien,
sana del odio también." - SR

sábado, 18 de abril de 2020

Reinventando: Parte Final

“Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era. 
Te entregaría mi voz, a cambio de una vida entera.
Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno
pero tu piel y mi piel pueden detener el tiempo.”


- Llegaste, ¡por fin! ¿por qué demoraste tanto? – dijo Daniela mientras abría la puerta.
- Se me pasó el día volando preparando una sorpresa para nuestra cita. – dijo Pablo con tono de complicidad.
- Amor, habíamos quedado que el viaje era nuestro regalo. No se vale hacer trampa. Además, ya no es sorpresa si me dices que hay una sorpresa jajaja. – a pesar de lo que decía, ella también había preparado una sorpresa para él – ¿Qué tal me veo? ¿Bonita?
- Ay Dani, Dani, todos los días eres la más bonita, así te vea recién despertando y sí, es sorpresa porque aún no sabes lo que es. – y con esas palabras tomó su mano y la jaló para pegarla a su cuerpo. Rodeó sus abrazos en su cintura y se dieron un beso, de esos que te encienden el corazón – ¡Feliz aniversario bonita mía!
- ¡Feliz primer año! No puedo creer que haya pasado tan rápido este tiempo, parece que fue hace poco que te conocí.

***

- Hola, mi nombre es Daniela. Soy cantante de garaje y me siento muy nerviosa de estar aquí, frente a ustedes. Voy a cantar Belle, espero que les guste. 

Ese día cantó como si se encontraría en el estreno de la obra y se apoderó de la historia. Dejó de ser Daniela para convertirse en Belle y a pesar de caracterizarse por no tener mucha confianza en ella misma, ese día no fue así. Ella estaba convencida de que ingresaría, sólo tenía que convencer a un jurado de tres personas y lo logró, fue aceptada en el casting y pudo iniciar el taller en nivel intermedio. Al escuchar las palabras de aceptación, rompió a llorar porque sintió que estaba haciendo lo correcto en el lugar y momento indicado. La vida le sonreía y lo disfrutaba con cada parte de su ser. En ese momento no se imaginaba que una parte de su corazón se desbloquearía sin buscarlo.

- ¿Lloras por amor o por ego? - Esa pregunta interrumpió el viaje que estaba haciendo a su mundo. Volteo a mirar quien había preguntado y encontró a un chico de, aparentemente, su misma edad, no era mucho más alto que ella. Vestía un buzo y un polo, por lo que parecía ser parte del taller. Tenía expresión amable y graciosa al mismo tiempo. Lo miró a los ojos y fue como si el viaje no se habría detenido, sólo había cambiado de rumbo y el destino era desconocido.
- Lloro porque soy una llorona - Dijo entre risas.
- Jajaja, así que eres llorona. Disculpa mi atrevimiento, no me he presentado, soy Pablo y por lo que acabo de ver, seremos compañeros de taller. - se evidenciaba una especie de felicidad en las últimas palabras - Por cierto, la forma en que te dejas llevar con la música es increíble, ¿de qué escuela vienes?
- Un gusto Pablo. La verdad soy principiante en esto, sólo canto en un bar con la banda de un amigo pero nada más. - El viaje seguía y sólo se dejaba llevar. Tenía miedo, por ratos no lo quería mirar. Sus emociones estaban en flor de piel y no entendía porque la intimidaba tanto una persona que acababa de conocer.
- Interesante, tendrás que contarme más. Ya habrá tiempo. ¡Nos vemos Daniela!

Daniela se despidió sólo levantando la mano en señal de adiós y camino hacía su auto. Intentó varias veces a salir de la cochera pero le asustaba lo rápido que pasaban lo autos en la avenida. El último año la lista de miedos creció y se agregó el "manejar en Lima" a pesar que hacerlo era una cosa que solía disfrutar. Cuando iba a comenzar a desesperarse, apareció Pablo estacionándose detrás de ella, de una forma que le permitía salir sin problemas. Lo miró por el retrovisor y se preguntó: ¿qué tiene este chico que me provoca sonreír?. Logró salir de la cochera y él se estacionó unos segundos a su lado.

- Me debes una y creo que ya sé como me la voy a cobrar. - dijo riéndose y siguió su camino.

Llegó a casa, se baño y arregló unas cosas para el día siguiente. Se echó en la cama y con el celular en las manos volvió a repasar todo lo que había sucedido. De pronto, se encontraba en el buscador de Google escribiendo el nombre de ese Pablo que acababa de conocer. Cuando comenzaron a aparecer sus redes sociales, cerró el buscador y alejó el celular.

- No Daniela. No quiero tener el corazón roto otra vez. Te ilusionas, te conocen, se desilusionan. ¿Quién me asegura que esta vez sea diferente? ¿Quién puede ver el futuro para decirme si le gustarán mis cicatrices, mis miedos, mis noches de insomnio donde el pánico se apodera de mi cuerpo, mis malos ratos, mi malhumor, mis lágrimas que aparecen sin avisar y sin una razón que las justifique?.

***

Pablo se alejó un poco, manteniendo una de sus manos en el cuerpo de ella. Apagó las luces. se volvió a acercar a ella y le susurró al oído. 

- Te amo Dani, ¿me regalas otros 365 días, o mejor aún, me regalas una vida? 

Un ambiente de luz de luna envolvió a dos enamorados. Él sacó una pequeña caja de su bolsillo y su mirada estaba fija en los ojos de Daniela. Mientras ella lo miraba, volvía a sentir como si iniciara un nuevo viaje, con la diferencia que ahora no habían miedos, ni dudas, ni preguntas. El futuro, por primera vez, tenía un poco de certeza y era que también quería que Pablo le regale una vida de risas y juegos. La espera fue larga, hubieron años en que todo parecía ser días complicados, vaivenes de un ex amor, decepciones con amores fugaces, pero cada día fue un aprendizaje que le enseñó que cuando estas en el momento indicado, la vida fluye, sólo debes dejarte llevar y dejar de recordar.

- Siempre sí.

viernes, 3 de abril de 2020

Madrugada

Era la 1:00 am y Daniela decidió irse de la casa de Gustavo. No tenía ganas de dormir una noche más con él. El sexo no mejoraba a pesar de los intentos y ya estaban saliendo más de medio año con poca probabilidad de llegar a ser algo más. Un poco de orgullo combinado con decepción y flojera de la simple idea de volver a sufrir por alguien, la obligó a huir de allí.

Prendió su auto y comenzó a manejar sin destino, no tenía sueño para ir a casa. Era miércoles y recordó que Andrés a veces se quedaba ensayando hasta tarde. Decidió ir hacía el garaje donde ensayaban mientras lo llamaba insistentemente. A pesar que no contestaba el teléfono, no tenía mucho que perder ya que, por suerte, ese lugar quedaba camino a casa. 

Tocó la puerta y la cabeza de Andrés salió por una pequeña ventana con una sonrisa gigante. 

- Hey tu, ¿no podías dormir? - Dijo Andrés mientras abría la puerta para que Daniela pueda entrar.
- Andrés, ¿por qué? ¿por qué siempre me equivoco? - entró al garaje sin saludarlo y comenzó a buscar alguna botella de lo que sea en el frigobar.
- ¿Qué paso? - Preguntó sin mucha preocupación. Había escuchado muchas veces esa pregunta y siempre se trataba de lo mismo. Andrés la conocía desde que era "la futura esposa de Sebastián".
- Lo de siempre...

Los demás chicos de la banda se habían ido hace poco tiempo y Andrés se había tomado una cervezas de más. De ahí tomo el valor para decirle algo que había querido decirle hace varios años y no se atrevía por miedo a que ella mal entienda sus palabras. Ya había perdido a un amigo y no quería perderla también a ella.

- Dani, yo te conocí como la flaca de mi pata hace ¿quince años? y desde ese momento, has sido como una hermana para mi porque Sebas lo es, así él haya decidido alejarse de nosotros cuando terminaron. Tantos años han pasado y todavía no te das cuenta cual es el problema. Entonces, como soy tu amigo-hermano, me corresponde decirte lo que veo. El problema es que tienes un corazón noble que se entrega sin reparos y son muy pocas las personas que valoran eso y cuidan a los que tienen corazón como el tuyo. Estoy seguro que el tipo que hoy te está haciendo dudar de tu valor, luego será uno más y cuando eso pase y me llames porque te sientes triste, yo iré a tu casa y estaremos en tu terraza tomando una cervezas, riendo de tonterías mientras escuchamos The Beatles hasta que el alcohol haga efecto y el silencio me encuentre mirándote y sin pensar te diga que eres la mujer más hermosa que conozco y cuando digo hermosa no me refiero al físico, aunque sí, eres guapa, pero yo hablo de tu alma sin importar ese carácter de mierda que repites tanto tener que sé muy bien sólo sale cuando estas tratando de llamar la atención a quienes ni si quiera saben quererte como mereces porque no te conocen. Esos idiotas que por verte un día en clase, creen estar enamorados de ti. Pero ¿quién no podría enamorarse de ti si a simple vista eres fabulosa? Pero hay más allá, eso que pocos conocemos y quienes lo hacemos realmente te valoramos. Eso es lo que me jode, que tu no te des cuenta quien eres y hasta el día que no lo hagas cometerás el mismo error una y otra y otra y otra vez. La vida te está diciendo que abras los ojos. ¡Hazlo y no llores por favor!. Ahora, dime una cosa, ¿cuantas veces más tengo que decirte esto?, te juro que lo haré. Si me dices que tengo que decirlo 500 veces, lo repetiré 500 veces pero tendré la certeza que será la última y que por fin, luego de eso, no permitirás que nadie más dañe tu corazón. Necesito saber cuando terminará porque me duele verte así.

Daniela no esperaba que Andrés le diga esas cosas y no quiso responder. Sólo se acercó y lo abrazó mientras pensaba que el problema no era su corazón noble, el problema era que buscaba en todos un amor como el que tuvo con Sebastián y cada vez que no funcionaba con alguien más, sentía que cuando Sebas decidió irse, se fue con él toda opción de ser feliz en pareja y ese miedo con el pasar de los años se volvía más grande porque parecía real. No servía de nada que ella dé todo para que funcione con alguien nuevo, ni cuanto se adaptaba, ni cedía. Nadie la entendía, nadie la amaba de la forma que ella estaba acostumbrada.