martes, 21 de enero de 2020

Reinventando: Parte 2

Daniela era el tipo de chica que no le gusta llamar la atención pero siempre lo hacía ya sea por sus comentarios sinceros que a los demás les provocaba reír o porque pasadas las 2 am aceptaba cantar acompañada de una guitarra. Estaba acostumbrada a hacerlo desde muy pequeña y dejarse admirar por la música. Tenía una conexión muy fuerte con la trova y música clásica, la sacaban de su día a día, de sus problemas existenciales y hasta de ella misma. Tal vez fue por eso que su primer amor fue alguien que aprendió a tocar en sus ratos tristes - y terminó siendo un experto - y la enamoró con canciones de su cantante favorito. 

La noche que ella cantó por primera vez en un bar y frente a un público por atrevimiento de Andrés fue mágica y marcó el inicio de una etapa que cambiaría su vida por completo. Esa noche fue libre, a pesar de tener los ojos de todos sobre ella. Esa libertad de no pensar y sólo dejarse llevar por la melodía, vibrar con todo el cuerpo y entregar parte de ella a desconocidos era lo que necesitaba para reconectarse consigo misma. 

Al día siguiente de esa noche, prendió su computadora muy temprano y buscó en internet una academia para estudiar teatro musical. La niña que jugaba a ser parte de un musical de Disney tomó el control y le recordó lo que te apasiona.

- Hola Ximena, ¿tienes un ratito para conversar?
- Sí Dani, ¿qué pasó?
- Voy a presentarme a un casting. Es que no hay nivel principiante. Ni modo me lanzaré al intermedio. ¡El taller termina con una obra! ¿Te imaginas? ¡Yo en una obra de verdad! - dijo Daniela muy rápidamente, la emoción envolvía todo su ser
- Dani, Dani, más despacio que no entiendo. ¿Casting de qué? ¿Taller de qué?
- Ay, lo siento. A ver, he decido estudiar teatro musical, entonces hoy estuve buscando academias pero el nivel básico inicia el próximo año. No quiero esperar tan tiempo, entonces el nivel intermedio inicia en un mes pero tengo que ir a un casting. Es eso, me lanzaré a la piscina y estoy acostumbrada a darme de cara, entonces no tengo nada que perder. 
- ¡Wooow! Me encanta, que increíble. - A Ximena no le quedaba el tema claro del todo pero le daba alegría escuchar a Daniela emocionada después de tanto tiempo. 
- ¿Me acompañarías al casting? 
- Sí Dani, siempre para lo que quieras.
- Tengo miedo Ximena. ¿Y si no soy lo suficientemente buena? - Daniela se quedaba en silencio mientras pensaba en los posibles finales de ese casting. 
- Daniela, ¿te acuerdas de ayer? ¿a todos pidiendo que cantes otra? Hasta Rafa quería que cantes otra canción y ya sabes como es el jajaja.
- Sí...
- El día que te veas como nosotros te vemos... - había un poco de tristeza en sus palabras. Realmente le dolía la poca confianza que se tenía una de sus mejores amigas.
- Todo saldrá bien, nos vemos más tarde en casa de Rafa y te cuento todo con más detalle.
- Dale Dani.

Daniela colgó el teléfono, dejó los pendientes a un lado y se recostó en su cama. Cerro los ojos y en automático el rostro de Sebastián apareció en su cabeza. Sus ojos verdes, grandes y tristes que brillaban cuando ella aparecía. Su cara sin expresiones a la cual ella le dio vida. Los días de universidad en que no importaban muchas cosas, solo tener un break de un par de horas para tirarse en el parque a escuchar música. Repasar todas las promesas que se quedaron en el aire cuando aceptaron que esa relación no daba para más. 

Eran pocos días desde que él la había llamado a contarle que tenía nueva relación y a pesar que eso aún le afectaba, tenía muchas ganas de llamarlo y decirle lo que había decidido. Se preguntaba cuando llegaría el día en que podrían ser amigos como habían prometido al iniciar la relación, cuando eran unos niños que jugaban al amor y a los para siempre. 

***

- Hola, mi nombre es Daniela. Soy cantante de garaje y me siento muy nerviosa de estar aquí, frente a ustedes. Voy a cantar Belle, espero que les guste. 

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martes, 14 de enero de 2020

Monstruos

A lo largo de mi vida he tenido muchos monstruos en mi cabeza. A todos los conocía ya que eran creados producto de recuerdos y por alguna razón - que hasta el día de hoy no comprendo - sentía la necesidad de que sigan presentes. Lo bueno es que sabía como hacer para eliminarlos. También podía deformar su apariencia, sus poderes, entonces no lograban asustarme. Eran monstruos que daban risa, inofensivos. Los demás no comprendían como podía convivir con ellos, entonces estas personas se iban para convertirse en un nuevo monstruo dentro de mi. Hasta que un día entendí que las cosas, a la larga, no iban a funcionar, tenía muchos monstruos y pocas personas reales. Muchos problemas ficticios y pocos reales. Mucho dentro de mi y poco afuera. Me costó aceptarlo aunque puede sonar muy fácil de deducir: Los recuerdos en exceso arruinan el hoy.

Recuerdo a mis monstruos y me hace sentir tranquila saber que hoy no existen. Tardé algunos años en eliminarlos pero no fue tan difícil como en un inicio pensé. Creo que lo más difícil es acostumbrarse a que ya no estén. 

Suena Silvio Rodriguez en el reproductor y unas lágrimas caen de mis ojos. 

"... El derrumbe de un sueño, algo hallado pasando, resultabas ser tú.

Una esponja sin dueño, un silbido buscando, resultaba ser yo."


Continua la canción y a pesar que lo que dice no tiene nada que ver conmigo. Me quedo con algunas frases en la cabeza: 

"¿Qué diría la gente si sabe esto? ¿Qué dirían los amigos, los viejos vecinos? 
¿Qué dirían las ventanas, tu madre y su hermana?" 

Me avergüenza aceptar - y aún más mostrar - mi inseguridad pero me asusta que seguir callando me haga equivocarme y hacer algo de lo que luego me arrepienta. Después de mucho tiempo apareció un nuevo monstruo que no me animo a ver de frente porque siento que es mucho más grande que yo y de seguro me destruirá. Un monstruo que sonríe cuando la miro de reojo. Que aparece de vez en cuando y me da ganas de conocer más de ella. Por lo pronto, le he creado una personalidad increíble y una lista interminable de logros que no podría detallarlos por ser tantos y mejor ni les cuento lo hermosa que es y lo cuerda que está.

¿Qué pasaría si vuelve otra vez? ¿qué pasaría si se le ocurre estar en el presente y al ser más grande que yo... yo me quedo sin nada? 

¿Yo me quedo sin nada? 

***

"Hola nuevo monstruo, si estas leyendo esto es porque de alguna manera quieres estar en el presente y sabes, te entiendo. Todos podemos equivocarnos y pensar que en realidad queremos algo cuando no es lo que queremos, sé que ahora tu me entiendes. Sólo quiero que sepas que yo la tengo muy clara y hasta el día que la vida me lo permita, daré la mejor versión de mi para construir lo que quiero en el presente que hoy vivo. Le pongo mucha energía a estar tranquila y feliz y - en la medida que pueda - hacer feliz a quienes amo. También que aunque me siento insignificante a tu costado, voy a luchar con los poderes que me dieron y con los que me inventaré para vencerte. Te tengo miedo, sí, pero soy de las mujeres que lo hacen hasta con miedo, entonces sentir miedo ahora me da cierta ventaja sobre todo. Pero si no esperas volver, espero que te vayas pronto de mi cabeza porque, por lo menos yo, no te quiero cerca."

***

No puedo quedarme sin nada porque no me pueden quitar la única cosa que necesito para seguir: A mi. Si viene, que venga, no voy a retener lo que no quiere quedarse. e

De pronto me siento tranquila nuevamente. Estoy conmigo. Estoy presente. 

La seguridad vuelve, las lágrimas se van y con ellas, el miedo.