sábado, 6 de octubre de 2018

Mi catarsis

Es común escuchar que todo estará bien, que pronto encontrarás la luz al final del túnel, sólo tienes que tener un poco más de paciencia y buen humor. "¡Aguanta y deja ir!, ¡Deja esa mochila, suelta!". Palabras que tanto he oído y hasta repetido en los últimos meses y la verdad que me da unas ganas de gritar: ¡Cómo carajos se suelta que no tengo ni puta idea!

Sin embargo, ahora pienso que hay momentos en que no es así. En que no debes aguantar y esperar el final feliz porque nada está bien y esa forma de ver la vida sólo hace que estés medio adormecida, embriagada de positivismo, usando unos lentes equivocados que te hacen ver lo bueno hasta en lo malo, y sólo destaca eso: "lo bueno". 

Pero llega el día en que estas en casa, ves a tu alrededor y te encuentras con departamento medio vacío, con ropa tirada en el piso, una refrigeradora llena de cerveza y chocolates - como siempre soñaste - con marcas en las paredes que te recuerdan peleas que parecían no tener final y en ese momento, comienzas a ver más allá. 

Recuerdas a los que creías tus amigos que en realidad sólo eran compañeros de una noche. Recuerdas el trabajo donde te desempeñas y te das cuenta que ya no te apasiona como antes, hay factores externos que hacen que duela trabajar y tratar de sonreír al mismo tiempo. Recuerdas a la persona que dice amarte y como en los últimos meses más te ha hecho llorar que reír, como te ha despreciado porque dice que eres tonta por no ser feliz con todo lo que te da la vida. Recuerdas a la familia que no le dedicaste mucho tiempo porque por dentro estabas enojada con ellos porque siempre decían que tu eras el lado fuerte, el lado que, felizmente, no sufrió cuando la familia se rompió, enojada porque no te enseñaron como se debía amar a una hermanita menor y porque te mueres de ganas de echarles la culpa de todas los demonios que ahora no te dejan vivir en tranquilidad pero sabes que por dentro no estas enojada con ellos. Ni con los amigos, ni con el novio de turno, ni con el trabajo, ni con tu suerte. Muy en el fondo, aunque no quieras aceptarlo, sabes que estas enojada contigo y en ese momento, nada esta bien.

Estas enojada porque no te haces cargo de tu vida, porque te gusto el plan de víctima y te da mucha flojera hacerte cargo de tus errores. Patalea, llora, maldice, desahógate. Hoy. Todo está mal, todo se derrumba. Hoy. Sí, ¿y? La cagaste, ¿y?. Mañana es otro día, mañana tienes que comenzar de nuevo para que todo este bien. Tal vez mañana será todo más fácil, pero hoy todo está en la mierda y eso no es el fin del mundo, es el inicio de otra era.