martes, 4 de diciembre de 2018

No tengo tiempo

Regresaba a casa cuando dos personas se me acercaron y uno de ellos me dijo al oído que le entregue todo lo que tenía. No suelo salir con muchas cosas. Siempre uso una cartera pequeña donde pongo mi celular, el cargador, la tarjeta de crédito y algunos soles por si acaso se me antoja algo en el camino o pasa alguna emergencia. Me da miedo andar con muchas cosas porque siempre pienso que pueden robarme. Camino mirando siempre a los costados, atrás, asustada y a la espera de que alguien venga por mi. Me han robado unas veinte veces en lo que va de mi vida, entonces para mi entre menos cosas, mejor.

Sus palabras no me asustaron. Esa frase la había escuchado varias veces antes, sabía lo que seguía, así que abrí la cartera y le di mi celular sin escándalo, sin luchar contra lo evidente, sin resistencia. Eran dos contra uno, no había forma de salir vencedora, aunque la idea de correr era muy tentadora. Tomo mi celular y se fueron corriendo mientras yo retomé mi camino. Los siguientes pasos vinieron acompañados de rabia por no haber hecho nada cuando antes me hubiera peleado con quien sea y me hubiera aferrado a las cosas que tenía. Intenté seguir caminando pero comencé a temblar, por eso decidí correr lo más rápido que podía para llegar a casa y sentirme protegida. Encontré a papá en la sala viendo televisión, le dije que me habían robado, se enojó un poco porque pensó que de seguro andaba hablando por teléfono por el barrio o estaba escuchando música a todo volumen mientras volvía a casa. Yo sólo seguí recorriendo la casa, le pedí a mi hermana el celular prestado y llamé a uno de los pocos números que sé de memoria. 

- ¿Hola?
- Hola...
- ¿Quién es?
- Soy yo, Daniela.
- Ah, hola... ¿Qué paso?
- Me robaron.
- ¿Estás bien?
- Sí, sí, estoy bien. No me pasó nada, no puse resistencia. Entregué mi celular y se fueron.
- Esta bien, toma algo caliente y descansa. Ya es tarde.
- Sí... Por otro lado, te envié unos correos, no sé si los leíste. Sólo quería saber si ya me habías disculpado. De verdad que lo siento.
- No te preocupes, todo está bien.
- Está bien. Quiero que sepas que de verdad lo siento. Si tal vez un día podemos hablar de lo que sucedió...
- No tengo tiempo para eso. Ya debo colgar, cuídate mucho.
- Dale, gracias. Cuídate también.

Una conversación de cuatro minutos que cambió mi forma de ver las cosas, nuevamente. 

Me quede dormida dándole vueltas a las cosas que había hecho con el tiempo que me han regalado. Analizando cada recuerdo para validar si de verdad valió gastar ese tiempo. Pensando en la lista de cosas que antes importaban y ahora ya no. Me sorprendí con la cantidad de horas que gaste llorando, maldiciendo, sufriendo por mi suerte y decisiones, echándome la culpa, renegando de que si soy intensa, de que si estoy loca, de que si está bien ser necia y luchar por cosas por las que en realidad no se deben luchar, extrañando el pasado. Noté que vivo más en el pasado que en el presente, atesorando fotos antiguas, idealizando pequeños vídeos con fragmentos de días que aparentemente fueron perfectos y que ya no volverán porque la simple razón de que ningún día es igual al otro y las personas son temporales, van y vienen. 

Desperté de golpe en la madrugada, como me pasa cuando pienso demasiado y el insomnio se acerca para darme más tiempo para pensar, y me dije "no tengo más tiempo". Ese día decidí dejar lo pasado atrás, perdonarme por los errores, perdonar a los demás y seguir con mi propósito pero está vez sería diferente. Muchas veces dije que ya me había perdonado y al poco tiempo volvía al trompo de siempre, a los mismos errores, enredos y trampas. Sí, esta vez era diferente, ya estaba cansada de lo mismo, de las peleas, de escuchar que tengo la culpa por no madurar aún, por actuar de la única forma que aprendí a actuar, por ser como soy. Desde ese día, todo ha cambiado. Los días brillan a pesar que el sol aún no aparece del todo y hay días que sigue pareciendo que estamos en invierno. Brillan porque yo los hago brillar, porque día a día estoy aprendiendo a aceptarme como realmente soy y trabajando por mejorar lo que a mi no me gusta, porque cada hora de mi día vale la alegría porque así lo he decidido. Ya he malgastado muchos años y no me permito malgastar un minuto más. No sé si fue poco o mucho pero me tardo dos meses darme cuenta cual es mi verdadero propósito y que es lo que quiero en mi vida. Porque la frase de "ser feliz todos los días" resultaba demasiado gaseosa, necesitaba aterrizar lo que quería y como lo iba a conseguir y ahora cada una de mis acciones van alineadas a eso y no me permito hacer ninguna cosa que no empuje el propósito mayor. 

Lo siento, ya no tengo tiempo para ti.
Estoy viviendo para mi.

sábado, 6 de octubre de 2018

Mi catarsis

Es común escuchar que todo estará bien, que pronto encontrarás la luz al final del túnel, sólo tienes que tener un poco más de paciencia y buen humor. "¡Aguanta y deja ir!, ¡Deja esa mochila, suelta!". Palabras que tanto he oído y hasta repetido en los últimos meses y la verdad que me da unas ganas de gritar: ¡Cómo carajos se suelta que no tengo ni puta idea!

Sin embargo, ahora pienso que hay momentos en que no es así. En que no debes aguantar y esperar el final feliz porque nada está bien y esa forma de ver la vida sólo hace que estés medio adormecida, embriagada de positivismo, usando unos lentes equivocados que te hacen ver lo bueno hasta en lo malo, y sólo destaca eso: "lo bueno". 

Pero llega el día en que estas en casa, ves a tu alrededor y te encuentras con departamento medio vacío, con ropa tirada en el piso, una refrigeradora llena de cerveza y chocolates - como siempre soñaste - con marcas en las paredes que te recuerdan peleas que parecían no tener final y en ese momento, comienzas a ver más allá. 

Recuerdas a los que creías tus amigos que en realidad sólo eran compañeros de una noche. Recuerdas el trabajo donde te desempeñas y te das cuenta que ya no te apasiona como antes, hay factores externos que hacen que duela trabajar y tratar de sonreír al mismo tiempo. Recuerdas a la persona que dice amarte y como en los últimos meses más te ha hecho llorar que reír, como te ha despreciado porque dice que eres tonta por no ser feliz con todo lo que te da la vida. Recuerdas a la familia que no le dedicaste mucho tiempo porque por dentro estabas enojada con ellos porque siempre decían que tu eras el lado fuerte, el lado que, felizmente, no sufrió cuando la familia se rompió, enojada porque no te enseñaron como se debía amar a una hermanita menor y porque te mueres de ganas de echarles la culpa de todas los demonios que ahora no te dejan vivir en tranquilidad pero sabes que por dentro no estas enojada con ellos. Ni con los amigos, ni con el novio de turno, ni con el trabajo, ni con tu suerte. Muy en el fondo, aunque no quieras aceptarlo, sabes que estas enojada contigo y en ese momento, nada esta bien.

Estas enojada porque no te haces cargo de tu vida, porque te gusto el plan de víctima y te da mucha flojera hacerte cargo de tus errores. Patalea, llora, maldice, desahógate. Hoy. Todo está mal, todo se derrumba. Hoy. Sí, ¿y? La cagaste, ¿y?. Mañana es otro día, mañana tienes que comenzar de nuevo para que todo este bien. Tal vez mañana será todo más fácil, pero hoy todo está en la mierda y eso no es el fin del mundo, es el inicio de otra era. 

miércoles, 1 de agosto de 2018

Días buenos

"Ella iba caminando sola por la calle"

Un nuevo año y la esperanza de días mejores se asoma en forma de "primer día del año". Ella lo sintió como un inicio distinto, ya no era la misma mujer que creía en el destino y en que las cosas poco a poco se acomodan al modo en que deben ser. Ese cambio se debió a varios sube y baja de emociones, problemas absurdos y despedidas dolorosas. Entonces, ese día despertó y dejó de esperar, ya había pasado tanto tiempo y el reloj tenía prisa y ella muchos planes a medio concretar. Decidió salir en busca de los días buenos y traerlos a ella, así no quieran - sí, le gusta el drama - sabía que no sería fácil pero es una mujer de retos.

El verano siempre ha sido su estación favorita por eso fue fácil vivir con alegría. Los días de playa y risas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, las noches con nuevos amigos y en lugares que ni planeaba conocer la hacían tener los ojos más brillantes y grandes que de costumbre. No quería perderse nada. Así, sin darse cuenta ya era abril y una nueva aventura estaba cerca.

La rutina de los sábados cambió por completo. De despertar al mediodía sin saber qué hora es pasó a escuchar la alarma sonar a las 6:30 am,. Debo contarles que sentía muchas ganas de apagarla y seguir durmiendo sin embargo al segundo sábado ya estaba enamorada de sus niños de clase y la pegajosa felicidad que todos irradiaban. Sábado a sábado aprendió a aceptar el amor gratis y a comenzar a dar amor con la misma soltura. El enseñar un valor cada sábado, la obligó a ser consecuente y actuar toda la semana de la misma manera y su vida dio un giro bonito. Ya no despertaba renegando así suene la alarma más temprano de lo que quería. Su vida comenzó a tener un verdadero sentido de existir.

Así reafirmó lo que siempre creía pero no se atrevía a aceptar: Los días buenos están a la vuelta de la esquina, sólo tienes que salir a buscarlos. Le habría encantado darse cuenta antes que lo único que realmente importa es el presente. La costumbre de vivir esperando hizo que la vida pasará sin mucho por contar, que no vaya a ese viaje, que no comience ese taller, que no se mude a otra ciudad. Pero hoy es diferente, hoy es otra mujer, es una mujer enfocada en el hoy.

lunes, 16 de abril de 2018

Ojitos brillantes


Todo se ha acomodado. Los días perdieron la incertidumbre que los caracterizaba y se dejaron iluminar por mi sonrisa. Me gusta mi sonrisa, modestia aparte. Hoy no cuesta tanto despertar de madrugada ya que era verdad que en algún momento me acostumbraría a tal punto de despertar antes que suena la alarma. Con satisfacción, le he dado la contra a la idea que sería imposible vivir de buen humor teniendo sólo seis horas de sueño y que bien se siente ir por el mundo dando la contra, hasta a mí. Tampoco cuesta esforzarse y dar el máximo todos los días. Es que es verdad que cuando entregas todo, las cosas van saliendo, la vida va fluyendo y deja de ser difícil. Cuando te das a ti mismo y dejas tu escencia en cada cosa que haces, a pesar de sentir miedo, a pesar de encontrar en el camino eventos que consideras injustos y sientes frustración, la única opción que existe es ganar. Ya sea experiencia o vivencias exitosas, pero siempre estás ganando. Aprendes lo que quieres repetir y lo que ni loca vuelves a vivir; aprendes como quieres ser y como no; aprendes a que estés donde estés, la compañía que tienes asegurada es la tuya y comienzas a proponerte ser el tipo de persona con quien vivirías todos los días sin pasarla mal. Dejas de lado a los demás para enfocarte en ti, así se acentúan los defectos y brillan las virtudes. Aceptas que eres luz y sombra y trabajas en que esa sombra sea una que de paz, como la que buscas bajo un árbol cuando el día se encuentra muy soleado.

Lo sé, no es tan fácil como suena. Al inicio estaba en un sube y baja de emociones y se sentía como si no lograría sobrevivir un día más. Siempre he creído ser, como leí en una de las obras de Benedetti (y la voy a parafrasear): "Ser una persona triste con vocación de alegre" y eso hace que le agregue tristeza a mis decisiones y a veces ronde por mi cabeza la idea que hubiera preferido quedarme “ahí” en el lugar donde no pasa nada pero con la seguridad que estaría bien, total mucha gente se conforma con vivir tranquila sin cambiar su rutina por años. Las ganas de mandar todo al demonio e huir, no sonaba tan jalada de los pelos pero soy necia y me gustan los retos. Me gusta lo difícil, sí debo aceptarlo, y gracias a eso reafirme que cuando das todo de ti, obtienes todo.

Tengo un secreto, dentro de mi corazón sigo escuchando la vocecita de una niña que contaba su mayor deseo con convicción ante una cámara con ojitos brillantes que irradiaban plena seguridad que se haría realidad. Es que ella, aunque suene increíble, es de quién obtengo mi fortaleza, es la que me recuerda quien soy cuando estoy sola en casa y después de quitarme todas las caretas, me dejo invadir por la inocencia de la niñez para que soñar vuelva a ser la actividad favorita del día. Me dejo conquistar por esa sensación de que con tan solo desearlo o creer que algo pasará, será así. Por eso, cada cierto tiempo volteo a verla jugar con rompecabezas para que me haga recordar que puedo. Ella es quién me repite que no soy de las que vivirá tranquila, yo soy de las que vivirá y sí, me equivocaré, la cagaré porque estoy bastante lejos de ser perfecta pero me acepto así. Por ratos inmadura y por otros con unos chispazos de sabiduría que ni yo me los creo cuando me releo.

Ella es quién repite una y otra vez que yo soy de las que se quedan. 

Hace un año fue la primera vez que dije eso en voz alta, me preguntaron qué significa ser “de los que se quedan” y ahora lo voy a explicar. Lo siento si me demoré tanto.

“Ser de los que se quedan es de necios, es de intensos, es de perseverantes. Es ser de los que no se van cuando los problemas parecen más grandes que la fortaleza de uno mismo, de los que no se rinden o se avergüenzan porque se equivocaron, de los que siempre dan todo porque es la única forma que conocen, de los que siguen hasta el final para ver, para entender, para aceptar, para reconstruir y muchas veces para terminar de destruir y así poder comenzar de nuevo.

Te quedas para sanar, te quedas para soltar, te quedas para recoger todo lo bonito y cuando pasen los años, mirar atrás y poder sonreír.”

martes, 30 de enero de 2018

Restart

Los últimos cuatro meses de mi vida han sido muy agitados y pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Recién me doy cuenta que vivo a 750 km de casa y comienzo a sentir que extraño muchas cosas, lo más importante es a un señor de unos cuarenta y tantos años que reniega hasta por la mosca que cruza frente de él pero que siempre me espera con un plato caliente sobre la mesa o una buena hamburguesa de nuestro lugar favorito. Los días han corrido tan rápido que aún no puedo creer que ya es una realidad que el nuevo año me encontró aquí y casi es Febrero. Ahora, acostumbrada a mi nuevo ritmo de vida, aferrándome a las cosas buenas que suceden aquí y dejando atrás algunas buenas costumbres que aquí me cuesta mucho replicar, puedo contar algo que creía y estaba equivocada.

Debo confesar que siempre quise cambiar de ciudad. Los que me conocen pueden dar fe que cada publicación de trabajo la cual preguntaba disponibilidad de cambio de localidad, marcaba que sí, que buscaba estudios fuera del país y formas de irme y si se podía, no volver. Nunca imaginé que en la búsqueda de nuevo hogar caería en un lugar cerca al mar, detalle que me hace sentir feliz ya que el mar me da paz y tenerlo a sólo 15 minutos es una bendición. Me desvié del tema como siempre. Siguiendo lo que contaba, sinceramente aún no tengo las razones muy claras para querer tanto cambiar de aires pero desde que termine la universidad, sentía que no encajaba donde estaba, que era necesario irme para encontrarme. Pensaba que cambiar de lugar era sinónimo de comenzar de nuevo. Vivir en un lugar sin que nadie me conozca, allí debía ser fácil empezar de cero. Sin embargo, cuando aún no cierras capítulos o dejas ir o perdonas de corazón, créeme que los fantasmas te persiguen por donde vayas. Si extrañas a alguien, la distancia te hace sentir aún más su ausencia; si no dejas ir los errores y te perdonas, verás esas situaciones en las nuevas cuadras por donde caminas; si te aferras al pasado, éste se colará en tu equipaje. 

Ahora me doy cuenta que hacer un "restart" no depende de donde te encuentres, es una decisión interna. Es gracioso que nos compliquemos la vida y reneguemos de nuestra suerte cuando la mayoría de cosas dependen de cada uno. Cuando dejas el papel de víctima para convertirte en el actor, los agentes externos pierden el poder de afectar tu vida, aceptas lo que pasa como algo que esta fuera de tu control y te ocupas de lo que sí puedes controlar que son tus decisiones, emociones y reacciones frente a cada situación.

Aquí es donde me encuentro ahora y deseo aprender de las nuevas personas que son ahora parte de mi día a día y de las nuevos retos que se ponen en mi camino, mejorar desde adentro sin olvidar que soy parte de un todo, dejar de sentirme mal por algo que pasó años atrás, perdonar y perdonarme por cada dolor que le cause a alguien y aferrarme a la idea de que se puede vivir siendo feliz, sin dañar e irradiando luz y amor para cada calle que pise, cada persona que toque, cada día que viva.

jueves, 11 de enero de 2018

365

El inicio de un nuevo año puede ser considerado como una promesa de tiempos mejores o el momento perfecto para hacer un restart y escribir una nueva historia. Por lo menos yo, siempre he visto así los nuevos años y he sido fiel a las cábalas. Desde que recuerdo las he realizado con mucha esperanza y esperando que todos mis deseos se cumplan por arte de magia. Comer 12 uvas, usar una prenda blanca, salir con mis maletas a dar una vuelta por la cuadra, correr al techo con el billete más alto que tenga en la billetera, las lentejas, el arroz. Sí que creía que necesitaba un poco de suerte en mi vida, no sabía que estaba equivocada.

Los últimos meses del 2016 fueron días complicados, no miento si digo que ha sido el momento más difícil que hasta ahora he vivido ya que estaba pasando por muchos cambios imprevistos, falsas expectativas y problemas que me hicieron sentir culpa, tristeza y remordimiento. Siendo sincera, ahora que veo mi vida en retrospectiva, soy una persona afortunada que a veces se ahoga en un vaso con agua pero en ese momento no tenía muchas ganas de celebrar como de costumbre el fin de año. Normalmente viajo o aprovecho en pasar unos días de relajo bajo el sol. Sin embargo días antes que acabe el año, algo pasó y marco un "antes y después". Hubo un quiebre en mi vida. Decidí cambiar mi forma de vivir y hacer algo diferente para obtener lo que realmente quiero.

- ¿Por qué siempre será más fácil centrarse en lo malo que en lo bueno? - Pensé un par de días antes del 31 de diciembre.

En ese momento deje de creer que al iniciar un nuevo año todo sería distinto, deje de creer en las cábalas y en que las cosas caen del cielo por tener una medallita milagrosa, deje de creer en la suerte y en que las cosas pasan porque así tiene que ser. Entendí, luego de 25 años, que la única forma de tener un buen año sería cambiando yo desde adentro, sólo lograría obtener la felicidad que tanto desea si me remangaba y trabajaba día a día por conseguirlo. Por eso, el 01 de enero del 2017 comencé a ver la vida con otros ojos. En lugar de ahogarme en los problemas, decidí encontrar aprendizaje y lecciones en cada cosa que me toque vivir, despertar todos los días con optimismo así el día anterior haya tenido problemas que me aflijan, luchar por la vida que tanto quiero y ser feliz porque sí y a veces también ¿por qué no?. Elegir una vida basada en el optimismo no es tarea fácil e involucra bastante esfuerzo y autocontrol. Si pasa algo malo, es más fácil echarle la culpa al universo que asumir lo que sucedió y encontrarle el aprendizaje. Se que me queda aún un largo camino por recorrer pero por lo menos me llena de esperanza el saber que ya estoy en el camino correcto - para mi - en que prefiero ver el vaso medio lleno, la vida de colores, lo bueno en lo malo, el aprendizaje en los problemas, la responsabilidad sobre las culpas.

***

Mis lecciones 2017

Lección 1: No desesperes por los problemas del pasado. Sólo es cuestión de aprender a cargar tu mochila. No como un peso, si no como aprendizaje.
Lección 2: Todo pasa. Todo se olvida. Todo mejora. Mantente positiva.
Lección 3: Agradece los pequeños gestos.
Lección 4: No importa si una vez amaste y fracasaste. Sigue amando, sigue entregando todo, sigue creyendo. Ya ganarás.
Lección 5: Reír hasta que duela la panza.
Lección 6: Aprende a querer a tu sombra y aceptar la dualidad de las personas.
Lección 7: No te compares.
Lección 8: Cuando das sin esperar nada es cuando realmente estás recibiendo. Dar es tener.
Lección 9: No le des la responsabilidad de hacerte feliz a alguien más. La felicidad está dentro de ti. 
Lección 10: No pares hasta sentirte orgullosa.
Lección 11: Hay días en que es más difícil sonreír pero no imposible.
Lección 12: El sol sale para los que tienen la capacidad de sentirlo.
Lección 13: En la playa, se ahogan las penas.
Lección 14: Quien actúa con maldad, tarde o temprano, le salen las cosas mal.
Lección 15: Haz que los días valgan.
Lección 16: ¡Rompe la dieta! Te ves preciosa como estas y te lo mereces.
Lección 17: A la vida le encanta pinchar globos. No le des el gusto, lucha por lo que quieres. 
Lección 18: Los pobrediablos se disfrazan de chicos "buena gente". Cuidado.
Lección 19: Después de comer la piernita del pollo, nunca pruebes ni un pedacito del pecho.
Lección 20: La familia siempre es la familia. Se los ama y respeta tal cual.
Lección 21: Esfuérzate día a día por lograr lo que quieres. La recompensa a veces tarda pero siempre llega.
Lección 22: Siempre se puede estar peor. 
Lección 23: En lugar de estar suponiendo cosas, conversa. Evita malentendidos.
Lección 24: Nunca generalices, cada persona es un mundo totalmente distinto.
Lección 25: No ruegues. Esa persona no lo merece y tú, tampoco.
Lección 26: Hay días en que estar bien es más difícil, que parece que todo se derrumbará. No te desanimes, no será fácil pero lo lograrás.
Lección 27: Las cosas van mal para que luego puedas apreciar cuando van bien.
Lección 28: El amor no es esperar.
Lección 29: A veces hay que hacer lo que no nos gusta sólo para ver feliz a quien queremos.
Lección 30: ¡Hazlo! Que no te detenga el “¿qué dirán?” o tener que ser “socialmente correcto”. Naciste para ser feliz, vives para ser feliz.
Lección 31: Todo sucede por una razón. La vida te enseña por las buenas (o por las malas) a dejar ir.
Lección 32: No puedes detenerte porque no lo quieres hacer sola. Viaja, baila, canta, conoce, come, prueba cosas nuevas, se feliz contigo.
Lección 33: Siempre valdrá la pena intentar.
Lección 34: Un cielo precioso no es fácil de conseguir, tendrás que esforzarte.
Lección 35: Busca una vida llena de vida y sin filtro.
Lección 36: ¡Anímate a decir lo que sientes! El que demuestra siempre gana porque los sentimientos escondidos con el paso del tiempo empiezan a doler.
Lección 37: Cuando tengas un problema que no sabes cómo solucionarlo, suéltalo.
Lección 38: Quédate con alguien que valga la alegría, no la pena.
Lección 39: No hay nada mejor que unas chelas entre amigos.
Lección 40: Todo está preparado para que tú seas lo mejor que puedas ser.
Lección 41: Quien quiere, lo hace. Quien no quiere, te mete floro.
Lección 42: Hay gente que se hace la tonta solo para tu hagas su chamba.
Lección 43: Nadie pierde por dar amor.
Lección 44: Déjalo fluir.
Lección 45: Si quieres despertar temprano, duérmete temprano.
Lección 46: Sal de tu zona de confort, la tranquilidad está sobrevalorada.
Lección 47: A veces cuando se pierde, se gana.
Lección 48: Pide y se te concederá.
Lección 49: No pares hasta tener el tipo de vida que siempre soñaste, no pares hasta ser infinitamente feliz.
Lección 50: Los corazones rotos aman mejor.
Lección 51: Te hacen creer que la vida es estudiar, trabajar, casarte, tener hijos y así ser feliz cuando la vida es muchísimo más que eso.
Lección 52: Bailar es como el sexo. Tienes que tener ganas y los demás fluye bonito.
Lección 53: Deja de insistir.
Lección 54: Ser siempre cortés, con todos sin excepción.
Lección 55: No se la des “papaya” (fácil).
Lección 56: Vuela lejos, sé libre pero sobretodo sé feliz.
Lección 57: Estoy en el momento de mi vida que el miedo no es un stopper. A todo le digo que sí y todo lo nuevo es bienvenido.
Lección 58: Las oportunidades son para aprovecharlas.
Lección 59: Tienes que decir lo que quieres en el momento preciso, luego ya puede ser muy tarde.
Lección 60: Aquí voy de nuevo. Entera o en pedazos pero voy.
Lección 61: Es que un día despiertas y dices “ya no más” y todo cambia. Nunca es muy tarde ni muy pronto.
Lección 62: Nunca olvides: Aunque hayas hecho todo bien; si no es para ti, se irá.
Lección 63: Vas a poder todo en la vida.
Lección 64: Siempre tienes algo para dar, siempre.
Lección 65: A los que juegan a perderte, déjalos ganar.
Lección 66: No hay tiempo para el pasado cuando el futuro tiene mejores oportunidades.
Lección 67: Y si hay que empezar de cero, pues te remangas y empiezas.
Lección 68: Quien no se la juega por ti, juega contigo.
Lección 69: “Lo que es para ti, aunque te lo quites y lo que no, aunque te lo pongas.”
Lección 70: Pase lo que pase, sonrisa intacta.
Lección 71: Créeme si digo que cada día que pasa me vuelvo más terca, más segura, más perseverante.
Lección 72: Dejaré que el tiempo resuelta todo, yo ya me cansé.
Lección 73: Si te está matando no puede ser amor y mucho menos el de tu vida.
Lección 74: Nunca confíes en alguien que nació en el 90 pero dice ser del 91.
Lección 75: No hay límites, todo vale.
Lección 76: Para mí la felicidad es sostenible cuando eres libre de ser totalmente tú y te amas tal cual. Sin vendas, sin mascaras.
Lección 77: No te conformes con migajas. Quiérete un sol más.
Lección 78: Nadie es un premio.
Lección 79: Llora, grita, putea, maldice, golpea tu almohada, rompe cosas. ¡Desahógate! Saca el dolor y enojo para luego llenarte nuevamente de alegría.
Lección 80: Parte de amar siempre será dar libertad.
Lección 81: Cuando actúas bonito y con mucho amor, sólo te rodean los arcoíris.
Lección 82: Si lo quieres, está en ti que todo cambie. Sé positivo.
Lección 83: La correcta forma de vivir es entregando todo, es decir darte a ti mismo.
Lección 84: Sueña, fluye, decide ser feliz.
Lección 85: Has el bien y el bien vendrá a ti.
Lección 86: No invoques a los espíritus chocarreros.
Lección 87: La vida te da retos que te hacen crecer en todo sentido. Aprovéchalos.
Lección 88: Me lanzo al ruedo y si la cago, pues se corrige en le camino.
Lección 89: La necedad siempre está conmigo.
Lección 90: Chapa mochila y go, go, go!
Lección 91: Hay personas con quienes siempre va a existir una conexión que no logras entender.
Lección 92: Poco a poco voy logrando ser la mejor versión de mi misma. Aceptándome tal cual, amándome y abrazándome con la consigna de seguir mejorando.
Lección 93: Ama con tanta pasión, con tanta locura, con tanta intensidad porque somos amor.
Lección 94: No pierdas tiempo con personas X en la vida. Alguien me dijo hace poco: “Estamos para ganar tiempo, no para perderlo”.
Lección 95: No importa cuánto das si no cuanto amor le pones a lo que das.
Lección 96: La vida da vueltas pero tú decides como sobrevivir a tu “vuelta”.
Lección 97: Lo que ella dice de mí, habla más de cómo es ella que de mí. 
Lección 98: Siempre se directa, no te andes con huevadas.
Lección 99: En el día de las madres, si ellas quieren que te tomes 500 fotos, te tomas 501.
Lección 100: Conmigo en las malas hasta hacerlas buenas.
Lección 101: Cambiar el punto de vista, te puede sorprender.
Lección 102: ¡Cágala! En unos años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste.
Lección 103: Suelta. Deja que te extrañen.
Lección 104: No esperes que las cosas no caen del cielo, toma acción de tu vida y crea oportunidades todos los días.
Lección 105: No sabes cómo los problemas afectan a cada persona y menos cómo reaccionará. 
Lección 106: El mundo no es de quién despierta primero, si no de quien despierta feliz.
Lección 107: La felicidad a veces está en las cosas simples. Un pancito con huevo de desayuno, por ejemplo.
Lección 108: Cuando haces algo que te gusta hasta el dolor corporal se siente buenazo.
Lección 109: Creo que nada más recuerdas las cosas buenas. La próxima vez que las recuerdes, mira con más atención.
Lección 110: No vale aferrarte a algo que te hace daño sólo porque de vez en cuando te hace sonreír.
Lección 111: Por favor, sé una de esas personas que no saben cómo rendirse, de esas que llegan lejos.
Lección 112: Si te vas a preocupar por cada pendejada que digan de ti, nunca vas a tener tranquilidad. Hablar es gratis y ser idiota también.
Lección 113: Si vas a aferrarte a algo que sea a tus sueños.
Lección 114: No esperes que las cosas pasen para ser feliz. Sólo toma la decisión de ser feliz, un día a la vez.
Lección 115: Nunca serás feliz si vives aferrándote a las cosas que te ponen triste.
Lección 116: Seguir insistiendo en el amor.
Lección 117: No me da miedo vivir toda la vida sola, al contrario. Lo que me da miedo es cagarla y vivir mal acompañada.
Lección 118: No tener miedo de perder a alguien sino a tener miedo de perderte a ti tratando de no perder a ese “alguien”.
Lección 119: Si ya sabes que lo vas a hacer, tienes todo para detenerte.
Lección 120: Ve (cágala) y deja que la vida suceda.
Lección 121: Cuando dejas de stalkear es porque dejó de importar.
Lección 122: Chillea que renegar no hará que llegues más rápido.
Lección 123: Siempre que le pongas corazón a lo que haces nunca vas a perder porque hasta cuando pierdes hay que perder bien.
Lección 124: Si tienes que perdirle que se quede, ya se fue. Aunque se quede.
Lección 125: Cuando amas con tanta fuerza a tu familia y a ti mismo, no queda espacio para tristezas.
Lección 126: No decir la primera pachotada que se te viene a la cabeza.
Lección 127: Uno solo conserva lo que no amarra.
Lección 128: Imperdonable cometer el mismo error tres veces.
Lección 129: Quiero a alguien que me diga que “sí” hasta al “vamos al cerro de Motupe.” Sólo eso.
Lección 130: Es tiempo de actuar como gente adulta.
Lección 131: Bailar es lo mío.
Lección 132: A veces la respuesta está en perder.
Lección 133: Obrar con bien es la única forma de actuar para corazones felices.
Lección 134: Cuando tocas fondo lo único que queda es subir, subir y subir.
Lección 135: No escuches a los que dicen que vayas despacio. Tu marca tu propia velocidad y si te gusta, si fluye, dale con todo. Juégala all in.
Lección 136: A los buenos, le pasan cosas buenas porque ellos encuentran el rayo de luz hasta en la más dura tormenta. 
Lección 137: El café con leche abriga el alma y alegra a los corazones tristes.
Lección 138: Conócete. Date tiempo para entender "quién eres" y quererte bonito. 
Lección 139: Si vas, vas con todo, no a medias. 
Lección 140: Confía. Disfruta el proceso.


Y el bonus: El amor no se busca ni se encuentra. Somos amor.