martes, 23 de mayo de 2017

Miedo

Nunca he dejado que el miedo sea un stopper en mi vida, al contrario. Siempre he usado el miedo como un impulso que hace moverme, cambiar, reinventarme día a día, al límite que a veces me da miedo dejar de sentir miedo. Me obligo a salir de mi zona segura a pesar que por dentro este en un conflicto interno y renegando conmigo, repitiendo las veces necesarias: "¡¿Qué rayos estabas pensando cuando decidiste hacer esto?!". Luego, lo cuento a los demás como si fuera una broma, me gusta buscarle el lado gracioso a mi vida. Reírme de mi y mis decisiones pero sobretodo, aprender de ellas. 

Sonará medio cliché lo que vengo a contar pero por lo que pasó el domingo, lo tengo tan presente estos días que puede servir para que hagan lo mismo que yo cuando tengan miedo. Tengo un recuerdo en particular que siempre evocó cuando estoy asustada. Tenía entre 6 y 7 años de edad, mis padres eran muy jóvenes así que tenían toda la vitalidad para cargarme en hombros y vivir aventuras juntos. Recuerdo que fuimos a una playa por el kilómetro 120 de la Panamericana Sur y caminamos hacía unas islas. Yo sólo moría de miedo porque no tenía piso para llegar a aquellas islas, puedo recordarlo como si habría pasado ayer, sin embargo estaba de la mano de mis papás y eso me daba la confianza necesaria para no dejar de caminar. Pasamos la mañana sentados en la isla y mi mamá me dijo para pararnos en la punta de ella. Nos paramos y no sentía miedo a pesar que las olas reventaban en mis pies y de lo alto de la isla se veía muchas más islas y un mar bastante movido y cargado de olas. Mamá me tomo la mano, la levantó y comenzó a cantar mientras movía su cuerpo de un lado al otro:

"Yo te quiero enseñar un fantástico mundo, ven princesa y deja a tu corazón soñar.
Yo te quiero mostrar cosas maravillosas, ven princesa y déjate llevar a un mundo ideal."

Todo era mágico, si habríamos tenido una cámara como se estila ahora podría mostrar lo hermoso que se veía todo desde ahí. Cuando de pronto una ola me llegó a tapar la mitad del cuerpo. El miedo se apoderó nuevamente de mi pequeño cuerpo pero no pude pensar en eso ya que venía otra ola del doble de alto y sólo escuche a mamá decir “¡Respira!”. Lo demás que recuerdo es mirar una ola cruzar por encima de nosotras y descubrir el color más blanco que he visto en toda mi vida. En realidad fue hermoso, así lo recuerdo, el miedo desapareció. Salimos de ahí lo más pronto que pudimos y cuando volteé mi papá y mi tía, que también nos acompañaba, estaban tirados fuera de la isla y con muchos raspones y moretones. No pudieron mantenerse de pie como mamá y yo, si no que la fuerza los arrastró. No recuerdo como regresamos, sólo se que pudimos volver a la orilla y comencé a jugar con la arena con una sensación de miedo y asombro. Además, escuchaba como un señor que vivía en esa playa les gritaba a mis papás por pasarse de irresponsables e ir a un lugar que no se debía.

Recordé este momento porque después de muchos años volví a sentir la fuerza del agua sobre mi, esta vez fue la de un río. Debo confesar que hubieron unos minutos en que creía que el miedo se apoderaría totalmente de mi y no me dejaría pensar cómo actuar para salir de ahí. Tal vez en unos años me ría más de lo que me reí mientras le contaba a mamá que por algunos minutos creí que moriría. Lo que sí estoy segura es que a pesar que podía dejarme llevar por el curso de río y quien sabe con cuantas heridas estaría ahora, me mantuve en pie a pesar que el agua me tapaba y no me dejaba respirar. Cuando comencé a desesperarme recordé automáticamente ese día y trate de respirar más lentamente. Felizmente, otra vez apareció un poblador del lugar para ayudarme a salir sin casi ningún raspón y ahora es parte de una historia más que contar.

Sé que tal vez mis ejemplos no son los más motivadores que existen pero ni ver una ola gigante, ni sentir la fuerza de un río que baja por una quebrada harán que deje el estilo de vida que he decidido tener: Vivir aventuras y conocer lugares nuevos cada vez que sea posible. No puedo permitir que el miedo me detenga, sólo que me ayude a ser más precavida y seguir adelante con cautela. Por eso les aconsejo que nunca dejen que el miedo se apodere de sus vidas que la verdad al final en el recuentro de los años más te vas a arrepentir por todas las cosas que no hiciste, que las que hiciste. El miedo siempre será parte de, como me dijeron hace unos días: "Si no habría miedo, no habría sentido". El miedo es uno de los sentimientos que más reafirman que estamos vivos, que sentimos y somos vulnerables. Si te quedas en tu zona de confort, te aseguro que nunca tendrás este sentimiento pero tampoco pasará nada. No tendrás historias para contar ni momentos que recordar. 

Salta, corre, nada, brinca, camina, prueba, come, conoce, cae y vuelve a intentarlo. 
¡Apodérate del mundo!

viernes, 12 de mayo de 2017

Somos amor

Ama con pasión, con locura,
con intensidad porque somos amor. 

Olvida los cuentos que venden. Ya no somos unos adolescentes para andar con dramas, ni somos parte de una película taquillera y nos asignaron el papel de víctima. La verdad es que el amor no se encuentra ni se busca ni llega de pronto, ni se lucha por el, ni se tiene que ser digno de merecer. El amor siempre ha estado dentro de ti, el amor es lo que te rodea. Se encuentra en un amigo que te escucha horas por teléfono, en tu mamá que te prepara el desayuno todas las mañanas, en la sorpresa que te hicieron por tu graduación, en un simple mensaje de "espero que tengas un lindo día" provenga de quien provenga, en una sonrisa que te lanzó un niño, en las flores que bailan al ritmo del viento, en el sol que nos alumbra cada mañana, en tus ganas de lograr tus objetivos, en un perrito trayendo su pelota entre los dientes y termina lamiéndote la cara. Sólo debes abrir los ojos para notarlo y, amarte y amar intensamente a los tuyos.

Día a día me esfuerzo por vivir rodeada de muchísimo amor. Intento no hacer daño a otros, ni decir cosas que no me corresponde, ni vivir vidas ajenas aunque sé que alguna vez sin intención he hecho alguna de las cosas que mencioné. Debo contar con cierta pena que, a pesar que los últimos meses que he tratado de mirar la vida de distinta manera, he notado tanto odio alrededor que sentí que tenía que al menos decir algo al respecto. Creo fielmente que una persona que tira mala onda a otra, que insulta, que engaña, que traiciona es porque aún no interioriza que no hemos nacido para vivir en enredos si no para ser felices, y esa persona necesita ayuda para quererse un poco más, para tener la capacidad de entregar amor y enfocarse en lo importante: En si mismo. He visto como espectadora como personas se sacan los ojos, como mujeres se pelean entre ellas por tonterías, como personas que parecían ser valiosas al final eran mentirosas y sólo buscaban la forma de apuñalarte por detrás. Hoy sólo quiero decir: Basta.

Basta de decirle puta a una mujer porque la viste entrando a un hotel con alguien. Basta de burlarte del dolor ajeno. Basta de juzgar a la gente. Basta de hablar sólo porque tienes boca o peor aún, escribir en una red social insultos hacía alguien más porque de seguro tu vida es tan aburrida que tienes que estar molestando a otros. Basta de creer que porque te contaron un chisme ya tienes la libertad de opinar sobre alguien que no has escuchado nunca su voz. Basta de prejuicios. Basta de mala onda. Basta de enfocarte en lo que hace el del costado. Basta de odio. Basta de maldad. Basta de ese sentimiento de superioridad por venir de una raza o tener la nacionalidad de cierto país. Basta de tomar el cuerpo de una mujer como si fuera un trofeo y hacerle lo que se te antoje. Basta de romper con la inocencia de los niños.

Sé que nuestra sociedad no es un cuento de hadas, que mi papá seguirá diciendo que no puedo cambiar al mundo sola y debo acostumbrarme a la gente y el daño que buscan ocasionar, que mis amigos seguirán diciendo que vivo en Lalalandia "el mundo de la ilusión". Sé que existe muy poca gente honesta y leal, que es más fácil mentir que afrontar la verdad, que es fácil mirar los defectos en alguien más y no mirar hacía dentro, que es fácil hablar mal de la gente para quedar bien parado. Pero yo hasta que tenga fuerzas voy a darlo todo por ser una mejor persona y por ayudar a los demás a serlo, siempre y cuando me lo permitan. Quiero aclarar que no me creo "Doña Perfección", me equivoco y mucho. Eso pasa porque siempre hago lo que quiero y me arriesgo, sabrán que tomar riesgos eleva muchísimo la probabilidad de cagarla pero siempre tengo la sonrisa y la fuerza para darlo todo intacta, equivocarme no hace que me rinda, no me hace agachar la cabeza ni tampoco sentirme menos, al contrario mis ganas de hacer las cosas bien aumentan con cada error.

Quiérete mucho más. Vive tu vida. No vivas la vida ajena, no andes de chismoso mirando que hizo el del costado, en que se equivoco. No te burles si confió en alguien y se aprovecharon de él, si dio lo mejor de sí y falló. No sabes todo el coraje, ganas, tiempo, corazón que le puso a lo que quería, no sabes los motivos que hicieron que fracase, no sabes como se siente, no sabes como sucedieron las cosas. Entonces, ¿no crees que en lugar de pisotear al caído sería mejor ayudarlo a levantarse? ¿no crees que en lugar de insultarlo sería mejor quedarse callado o tal vez darle algunas palabras de aliento? ¿no crees que es más chévere hacer las cosas bien y vivir feliz que andar queriendo hacerle daño a los demás?

Cada uno es un universo complejo que se encuentran en aprendizaje constante. Nadie es perfecto, todos tenemos defectos y debemos aceptarnos y amarnos como somos, abrazarnos el alma con la consigna de cada día trabajar y esforzarse por ser mejores. Interiorizar que somos seres de amor que hacen las cosas con la mejor vibra, que de error en error van aprendiendo como vivir, que luchamos por ser felices porque repito, para eso hemos nacido. Por eso te pido que trates de enfocarte en ti y en los tuyos, luchar por tus sueños y si en el camino puedes ayudar a otros a conseguir los suyos, hazlo y si no puedes ayudarlo, al menos acompáñalo en el intento.

viernes, 5 de mayo de 2017

¿Más como un juguete, menos como un amor?

(Ella comenzó a redactar este mensaje siendo la 1:00 am. No podía dormir, la angustia y las dudas invadían su cuerpo. No sabía que pensar...)

¿Más como un juguete, menos como un amor? 
Aclárame las cosas, necesito saber lo que tu piensas.

Como siempre, escribiéndote, con el único fin de que entiendas como me siento. A veces me gustaría que también te tomes el tiempo de hacerlo, pero entiendo que a una de las dos partes siempre le importa más. En estos momentos debes estar leyendo, tal vez durmiendo para seguir mañana con tu vida como si nada hubiera pasado o tal vez quemando el tiempo en algún juego de red mientras yo estoy escuchando una canción de Joaquín Sabina, una y otra y otra vez. 

"Que no te duerman con cuentos de hadas".

Y así regresó el tema una vez más. Estoy en tu círculo vicioso y no puedo escapar. Porque cuando salgo de tus garras, vienes a atraparme y colocarme de nuevo en ese círculo tan confuso. Te has convertido en el "Perro del Hortelano". No comes, ni dejas comer. No me haces feliz pero tampoco me dejas ser feliz. No quieres estar conmigo pero dices que si estoy con alguien más te mueres. ¿¡Quién rayos te entiende!? Intento comprender la lógica que tienes sobre este asunto pero a esa pregunta nunca le encuentro respuesta y por eso aquí estoy.

Me dijiste que te deje solo y lo hice. No tienes una idea de cuanto me dolía no poder llamarte, no saber nada de ti, tratar de no entrar a Facebook, no leer tus tweets. Cada vez que vibraba mi celular, mi corazón se paraba unos segundos deseando que la llamada entrante comience en "121*....". Luego sólo me decepcionaba al darme cuenta que era Ximena llamando otra vez para contarme de su tormentosa relación amorosa. No sabes como malgastaba el tiempo para no recordarte ni pensar en ti. Reía hasta porque pasaba la mosca para no llorar y ¡no lo hice! Escuché casi todas las canciones de reggaeton que existen porque las demás me deprimían. Grité a viva voz "Te va a doler", deseando con todas mis fuerzas que en algún momento te duela la mitad de lo que me dolía a mi. No quería saber nada sobre relaciones, quería estar sola y sabes, te estaba olvidando aunque no quería hacerlo. Habían días en que me preguntaba "¿si regresa, y ya lo olvide?", pero estaba decidida. Prometí no llamarte hasta el 2035 pero tu arruinaste esa promesa porque me llamaste antes.

Mandaste una directa: Sábado 26, Hora: 14:41, Duración: 0.4 segundos. 

Estaba al frente de la universidad con unos amigos haciéndoles compañía con unos cigarros. Me di cuenta algo tarde de tu directa, porque el celular lo tenía en mi cartera. Cuando la vi, mi corazón se detuvo, pensé "'¿le devuelvo la alerta? ¡NO! El quiere estar solo". Seguí como si nada, hasta que un par de días después el número deseado 121*2617 por fin apareció en la pantalla de mi celular.

- ¿Si?
- ¡Hola! ¿Podemos vernos? 
- Hmmm... ¿para qué?

No quería verte porque sabía que pasaría lo que pasó y no porqué sea adivina si no porque siempre pasa lo mismo. Pero como negarte algo, esa es la verdadera razón por la que sabías que te diría que si, ¿cuándo te he negado algo? Pienso que debo comenzar a hacerlo.

Nos vimos, sabía a donde me metía pero aún así tenía que arriesgarme, debía comprobar si ya te había olvidado o no. No quiero pensar que tus "te quiero" no valen nada. Esos "te quiero" que me hacían derramar felicidad y ahora al escucharlos me dejan confundida. ¿Por qué confundida? Porque querías estar solo, porque hace tres semanas no querías saber nada de mi, casi casi parecía que me odiabas. Que fui el peor error de tu vida y luego de la nada "Opss, la quiero y extraño, la buscaré". Por eso parecen ser falsos, porque un día me dices que me quieres, ¡Imagínate! me quieres y al día siguiente no existo en tu vida. Para que tantos "te quiero" o "te extraño", para que tantos besos sin final, ¿para qué? si son sólo un momento. Por ese maldito momento pensé que querías volver a nuestra vida de antes, pensaba que te habías dado cuenta que debíamos estar juntos, que habías reflexionado y me dirías para intentarlo. Pero no te preocupes ya entendí que no quieres hacerlo como te dije quien quiere volver dice: "¿Quieres volver conmigo?" Tan simple como eso. Mi corazón se rompió un poquito cuando dijiste que aún me amabas. Se rompió porque un lado quería ilusionarse y darte todo y la otra parte sabía que todo era mentira y sólo buscabas que caiga una vez más. Por eso es que te digo que no te quiero ver, porque te volveré a ver y de nuevo me dirás mil cosas que no sé si son de verdad o de mentira pero parecen más mentira, No sé si lo sientes o no y lo peor es que después de decirme y por poquito bajarme el cielo, todo queda en nada. No lo entiendo, ¿me lo explicas? Lo necesito.

Espero que termines de leer este mensaje, y te des cuenta del que esta mal eres tu, el que daña eres tu. Piensa antes de hablar y si realmente amas o extrañas: DEMUÉSTRALO. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Aún no me pierdes, pero este amor no durará para siempre. 

¿Más como un juguete, menos como un amor? 
Aclárame las cosas, necesito saber lo que tu piensas

***

(El le había enviado muchos mensajes al celular antes de leer el mail de ella y respondió lo siguiente.)


Sí te extraño. Sí te quiero. Sí te todo. Pero me da rabia las cosas que me dices o recuerdas cuando estuvimos el lunes juntos. Para mí sonaron algo, digo, demasiado impertinente y creí que te estabas desquitando conmigo, y por eso me dabas donde más me duele, contándome cosas que hiciste y claro, toda alocada como sólo tu puedes ser. Es por eso que no di el paso final. Porque recuerdo, y recuerdo y me acuerdo que en tu circulo hay un montón de gente que quiere contigo, hay muchísimos tipos que quieren hacerte feliz y hacerte olvidar todo.

Es difícil para mi, y también para ti.

He reflexionado y he encontrado que también te extraño y me da ganas de que todo fuera como antes antes. Viví lo mejor de lo mejor sentimentalmente contigo. Ahora es complicado observar a una Daniela discreta y sumisa. Yo veo ahora una Daniela que lo quiere todo, por que ella lo quiere. Eso es lo que veo.

En fin, me despido, y no quiero llegar a aclarar todo porque siempre, acuérdate, siempre habrán dudas. Gracias por pasar un buen rato conmigo el lunes, a pesar de que fue un mediodía de pasión, cosa que siempre recuerdo que no te gusta. Discúlpame por mandarte hoy un mensaje como a las 8:30 am, es que no había visto el mensaje, por eso todo me parecía raro.

Cuídate muchísimo, te mereces ser feliz y mucho más.