viernes, 30 de diciembre de 2016

Mente con recuerdos

"Ojalá no supiera que existes.
Ojalá pudiera reemplazar el espacio que dejaste con libros, risas y café.
Ojalá no existieras... "

Una de las cosas que más echo de menos es irme a dormir sabiendo que cada día voy a despertar y encontrar un audio tuyo en mi celular repitiendo una vez más que me amas infinito y soy lo mejor que has tenido en tu vida. Tus buenos días con besos incluidos. Tu voz susurrándome al oído lo bonita que me veo. Hablar contigo todo el día y no aburrirme en ningún momento. Contarte mi día, enterarme del tuyo. Intercambiar memes. Decir lo genial que es estar enamorada de alguien con corazón bonito. Amar a un muchacho noble y ver la cara que pones cuando me miras, haciéndome sentir que soy magia.

Extraño escucharte reír...

Es que la sensación de estar volando, no la he vuelto a sentir.
(Es que encontré al amor de mi vida pero el no me encontró...)

lunes, 12 de diciembre de 2016

Por siempre, mi ex

(Por favor, abre los ojos)

Estaba entre caminar 45 minutos o tomar dos buses para llegar al supermercado y hacer las compras de la semana. Escogí caminar. Me gusta observar a la gente en la calle, a veces escuchar conversaciones ajenas, otras imaginar posibles sucesos. Algunos piensan que soy chismosa pero para mi es como un pasatiempo cuando no hay nada que hacer en casa o no tengo de que hablar conmigo. Al momento de regresar, estaba por pedir un taxi cuando encontré de casualidad a una amiga que sólo veía por fotos de Facebook más de dos años. Me dijo que era una suerte encontrarme y si podíamos ir a tomar un café para ponernos al día. Debo confesar que yo también necesitaba hablar, así que sí sentía que era una suerte verla. Le pregunte como estaba y (siento ser tan burlona) fue bastante gracioso que me diga que seguía mal con su novio ya que desde que recuerdo están mal sin embargo en redes sociales venden un amor perfecto y eterno. Como le encanta a la gente vender humo.

"No entiendo nada. Llevas cuatro años de relación pero desde el primer año lo único que hacen es pelear y terminar una y otra vez. No recuerdas en que momento fue el último "ya no quiero estar contigo" o cual fue esa "última oportunidad" que le diste para lograr que sean felices juntos. Bloquearlo del celular es parte de tu rutina diaria y te ríes más tomando un café con ron conmigo que estando de fiesta con él. Como si fuera poco, tu diminuto lado racional sabe que lo mejor sería que se consiga a otra a quién joder la vida y desaparezca por arte de magia. Entonces, ¿qué estás esperando?"

Terminé mi reproche con la certeza que no respondería la pregunta que acababa de hacer. Ella siguió tomando café. Sonrió de forma dudosa y dijo:

"¿Podemos hablar de otra cosa? Estoy segura que tu tienes nuevas cosas por contar, por ejemplo del chico que aparecía en tus fotos y ya no, también podrías decirme la razón por la que te has escapado de las redes sociales, ¿qué escondes?"

***

Tengo la impresión que la mayoría de personas hemos tenido un ex que es El ex. Ese que llamas cuando pasas suficiente tiempo sin él porque, por alguna extraña razón, empiezas a extrañarlo, a considerar tenerlo de vuelta, olvidando que te hizo lucir como una idiota. Se te borró de la memoria que te dejo en vergüenza frente a tus amigos cuando se emborrachó y grito por la ventana que estar contigo es la última cosa que consideraría volver a hacer. Te dejó plantada en uno de los días más importantes de tu corta vida y no te acompañó a un evento familiar por lo que tuviste que andar diciendo mentiras a tus tías haciéndoles creer que se le subió la temperatura en el último minuto. Ese que no mueve ni un dedo a menos que sea para arruinarte el día. Ese que te ha quitado el poco amor propio que te quedaba y se pasea por la sala arrastrando tu dignidad. Ese que se esfumó en el momento que más lo necesitabas y luego de tres meses regresó con su cara de imbécil arrepentido y un six pack de cervezas en busca de sexo. Ese que sabes perfectamente que no amas, tal vez ni si quiera te gusta pero sigues perdiendo el tiempo con él por pura costumbre, o porque lo tienes idealizado como el único pobrediablo que estaría contigo siempre.

He vivido en ese trompo muchos años de mi vida y por eso ahora valoro mucho la tranquilidad. La última situación en que quisiera estar es terminando y peleando casi todos los días con alguien, sin embargo si bien valoro mucho la tranquilidad, sigo creyendo ciegamente que la felicidad es absolutamente todo por eso busco y anhelo una vida llena de felicidad. Entonces, no es normal que estés con alguien con quién no eres feliz y no lo dejas por creer que es la última persona en el mundo que se fijará en ti cuando no es así. No es normal sentirte prisionero de una relación cuando lo que deberías sentir es sólo felicidad y libertad de ser quien realmente eres. No es normal llorar más que sonreír, ni aguantar cosas, ni sacrificar otras, ni maltratarte en el proceso de hacer feliz a alguien más. Así que la decisión más sensata si por milésima vez terminaste con tu enamorado es dejarlo ir. Ya demostraron que nunca funcionará ya que lo intentaron y más veces que las necesarias. Hay cosas mucho más divertidas y provechosas por hacer que andar complicándose la existencia con un amor que tarde (muy tarde, quizás) o temprano terminará. 

Algunas personas me parecen increíblemente geniales en muchos aspectos pero para las cuestiones amorosas no saben más que cagarla por el temor a estar solos o de no encontrar alguien más o de entregar más de la cuenta y salir lastimados o simplemente fracasar. Debo confesar que por ratos me incluía en el conjunto de "personas que la cagan" pero ya no más, cruce la línea. No sé a ustedes pero yo me aburrí, cayó la gota que derramó el vaso y ahora sólo pretendo rodearme de vibra positiva, amor y felicidad. Siento que lo mejor que puedes hacer cuando sales de una relación tan complicada es estar solo. Conocerte a ti mismo. Reinventarte. Reconstruirte. Hacer las cosas que te gustan sin tener que convencer a alguien más para que te acompañe. Viajar por el mundo sin un rumbo fijo. Bailar porque quieres hacerlo. Gritar cuando tengas que hacerlo. No tener que andar dando explicaciones de porque actuaste de esa manera. Explorar nuevas tierras. Lo que no tienes y quieres es fácil de conseguir, sólo sal a buscarlo. Vive, pero vive bien. Sé feliz, pero de verdad, no sólo por redes sociales. Deja el juego de "terminar-volver" para los que inexpertos que creen que el amor es sufrimiento y comienza a vivir, quien sabe en el camino encuentras el significado real del amor. Deja los círculos viciosos para aquellos que no tienen amor hacía su propia vida. Deja ir a esa persona que te atormenta los días y date el lugar que te mereces en tu corazón.

Suelta. Cuando llegue la persona para ti, créeme que todo será fácil, hasta lo difícil. 

lunes, 28 de noviembre de 2016

Mudanza: Parte I

Noviembre. Medianoche del martes. Un pan con hotdog y una cerveza con coca cola de cena. Somewhere over the rainbow en el reproductor. Estado: Solté el globo y soy feliz conmigo.

A dos días del inicio del último mes de año, siento que fue hace pocos días que decidí ir a un supermercado a comprar un nuevo colchón. A pesar que sólo era para mi, sentí ese impulso que te dice que ya es momento de dormir en una cama de dos plazas porque nunca se tiene suficiente espacio para estirarse o para estar en modo marmota después del trabajo. Fue difícil decidir dejar mi cuarto de paredes rosadas y negras con fotos pegadas en todas las paredes, mi barrio, mi desayuno caliente de cada mañana y la compañía de dos tercios de mi corazón junto a un bello perrito bebe de seis meses. Pero más difícil que tomar la decisión fue poner mi ropa en tres maletas y despedirme de papá y hermana. Debo confesar que por un momento sentí que tal vez no los volvería a ver, que tal vez no podría vivir sin escuchar sus peleas en la mañana o sin que mi hermana entre a mi cuarto a despertarme para pedirme una cartera prestada. Sin embargo, aquí estoy, más fuerte y madura que hace un mes. Las cosas han cambiado, yo he cambiado y mis prioridades también. Aunque haya creído al inicio que fallaría en el intento de ser totalmente independiente y regresaría corriendo a mi nido, debo ser sincera y aceptar que todo está bien, la soledad tiene cierta adicción que es difícil de explicar. Sobreviví. He ido aprendiendo tantas cosas en este corto tiempo que las ideas aparecen en mi mente de forma desordenada que no sé si esta entrada estará redactada de forma correcta o si se entenderá (y a quien le importa)

Recuerdo cuando le contaba a mis amigos que no almorzaba cuando no tenía con quien hacerlo y ahora hago muchas cosas sola y la verdad es que es genial. Aprendí que si mezclas ropa de color con ropa blanca, de verdad se destiñe, no es floro lo que ves en las películas. Aprendí que una escoba no es lo único necesario para limpiar una casa si no que hay mil productos de limpieza y todos absolutamente necesarios, así vivas en un cuarto con sólo un baño. Aprendí como helar la cerveza sin necesidad de tener un frigobar y que mi primer electrodoméstico sería una plancha, no se puede vivir sin una. Eso me recuerda que cuando fui a comprar mi plancha, la señora que atendía en el supermercado me dijo que las planchas de cabello se encontraban en otra sección. No sé que me intentó decir, tal vez que era muy joven como para estar buscando una plancha. Ni idea. Aprendí que no hay mejor manera de empezar el día que con una taza de café y escuchando por la ventana a los perritos ladrar. Aprendí que todos los días son buenos siempre y cuando tu tengas ganas de que sean así. Aprendí que no dependes de nadie y que cada vez que voy a casa, lo hago porque los extraño y quiero estar con ellos y no porque tenga que hacerlo. Aprendí que mi papá es el mejor papá que existe y que tal vez no soy una mujer perfecta pero hizo de mi una persona de corazón noble y con valores sólidos que me acompañaran donde quiera que vaya. Aprendí que hasta comer pizza todos los días aburre y que la comida casera es lo mejor que una cocina puede preparar. Aprendí a vivir más y preocuparme menos. Al inicio dormía con la luz prendida porque me daba miedo estar sola en un lugar desconocido, pero cada vez ese sentimiento disminuye y mi pequeño cuarto va tomando mi esencia y se va sintiendo más familiar.

El futuro es incierto y la verdad es que nunca me ha importado por eso no me preocupo por mañana que es más que probable muera de sueño por no dormir mis sagradas ocho horas diarias. Lo único que pido y espero es que lo que venga tenga mucho más aprendizaje y los planes que tengo en mente se logren concretar. Tengo todas las ganas de comerme al mundo y si es que el también quiere, me coma a mi.

Hay cambios que dan miedo pero que son necesarios para aprender y crecer como persona. Salir de la zona de confort siempre es bueno. Así que no te aferres ni a lo material ni a las personas. Despréndete y disfruta de la vida que es corta y nada dura para siempre, ni la alegría, ni la tristeza. Recuerda estar en constante aprendizaje y para eso sólo debes seguir hacía adelante.

Tangible

He sostenido casi todos mis años que no soy celosa ya que siempre he creído que si alguien te quiere engañar lo hará, así que no me preocupo porque al final la verdad siempre sale a la luz y en la conciencia de cada uno está si traicionaste a la persona que decías amar. Además, los celos sólo generan peleas y pelear no es una opción en mi vida. Sin embargo, es verdad lo que dicen, todo está bien hasta que aparece alguien que te cambia el esquema y rompe el concepto que tenías acerca de todo.

Un día sin avisar, aparecieron publicaciones incómodas que me ponían celosa. Sí, celosa. No sabía cómo expresarlo, ni como iniciar el tema de conversación, así que entre besos fue la mejor forma. Él no escuchaba, o tal vez tomaba de broma lo que decía. No hizo nada hasta que un día le di un ultimátum y, bueno, no le quedó de otra.

Este fin de semana fue muy atareado, así que el domingo me dediqué sólo a dormir. Desperté a las 11 de la mañana, con una resaca de cien personas juntas. Entré a las redes sociales y vi una publicación que me incomodó muchísimo, hace tanto no sentía que el corazón se me iba a salir del cuerpo. Lo llamé y pregunté que significaba eso pero sólo dijo "sabes de quién estoy enamorado" y yo replique con un "no quiero que me lo repitas, quiero que lo demuestres." 

Luego de unos minutos:
- Ya está.
- ¿Qué está?
- Ya borré la publicación.
- Sabes que esa no era la solución...
- Sé que tú incomodidad no se va a quitar tan fácil como eliminar algo de Facebook pero necesitaba demostrarte rápidamente que nadie es más importante que tu, que estoy loco por ti y eres con quien quiero estar.

No sabía qué decir, solo puse un cara sonriendo y le dije que intentaría dormir un poco más ya que la cabeza me estallaba.

Llegó a mi casa a las 2 horas y tenía en las manos un taper envuelvo en una toallita de Hello Kitty. Se acercó y me dio un beso, para luego decir:

- Te preparé una sopa con algunas cosas que te gustan, lo siento por no poder incluir un Big crunch pero tiene wantan, tallarines cabello de ángel, zanahoria, 2 huevos, pollo desmenuzado. Bella, me encantas. No te pongas mal por una publicación tonta, ¿ya?
- ¿Publicación? ¿Qué publicación? Huele riquísimo lo que has preparado. Eres un bello, te quiero.

Y así, deje de desconfiar.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Veinticinco

Siempre pensé que cumplir veinticinco años era un número hito para celebrar. Sin embargo, después de estar celebrando mi cumpleaños desde que tengo diecisiete años de la misma manera: Variedad de trago y por litros, tequila con sal, luces de colores, música de moda, amigos cercanos y el clásico pollo al horno de mi papá, decidí que este año no celebraría. No tenía ganas. No tenía la misma emoción por mi cumpleaños que años anteriores y para ser sincera creo que nadie en todo el mundo adora más su cumpleaños que yo, para mi es mi día, el único que me permito ser totalmente egocéntrica y deseo ser la más engreída. Pero, las cosas no andaban bien en casa ni en mi cabeza. Casi un mes entero me la pase analizando que había logrado en veinticinco años y si era la persona con quien soñaba ser cuando era niña. La verdad es que me presiono mucho, espero más de mi de lo que puedo conseguir dando mi trescientos por ciento. Siempre estoy en competencia conmigo, siempre siento que puedo hacer las cosas mejor y nunca estoy satisfecha con lo que tengo. Hoy, con veinticinco años y un mes exactamente, viendo mi vida desde afuera y con otros ojos debo aceptar con muchísima pena que gracias a esa forma de ser no he disfrutado de las pequeñas cosas ni de la compañía de las personas.

Este nuevo año trajo consigo una lección dura pero que mejorará mis relaciones amores significativamente. Aprendí lo que es terminar una relación. Imagínense, recién ahora vengo a aprender eso. Fue así, dos días después de mi cumpleaños, se fue de mi vida. Desapareció. Ausencia total. No sé nada de él, ni él de mi. Nunca va a cambiar de opinión acerca de lo que decidió. No hay vuelta atrás, no hay conversaciones para intentar solucionar "lo solucionable", no hay segundas oportunidades, no hay un: "¿te gustaría volver a intentarlo?". Terminamos. Se acabó y así es como funciona en realidad la cosa y yo tenía un equivocado concepto de que terminas con alguien pero sigues en contacto y es muy probable que al poco tiempo vuelvan para seguir intentando que funcione y así un bucle de más o menos cien intentos. Mi último novio me enseñó el significado de terminar una relación y lo doloroso que es la ausencia de alguien que antes era prácticamente todo. Si me preguntan si lo he podido olvidar, la respuesta es que no. Esta presente en todas mis conversaciones, en mis buenos días de cada mañana, en mis buenas noches de cada noche, en la hora de almuerzo le cuento mentalmente la comida del día, esta en cada salud que doy cuando levanto una cerveza, su manera de mirarme esta en mi cabeza como la instantánea más preciosa que guardo en mi corazón, su sonrisa la veo reflejada aún en mi cuando sonrío y a veces algunos "te amo" pronuncian mis labios aunque sin voz. Me hace falta pero ya terminamos para siempre, la decisión esta tomada y por algo bueno debe ser. Aprenderé pronto a vivir sin él y sin tener que tenerlo presente en mi. Entonces, si alguien decide terminar una relación significa que ya no hay nada más de que hablar, no van a estar en contacto, es una decisión firme y definitiva, olviden las segundas oportunidades, olviden esas frases tontas que repiten amigos de amigos de amigos: "Si es para ti, volverá. / Dale tiempo, en un futuro pueden volver a estar juntos. / Los hombres extrañan cuando pasa mucho tiempo, tal vez en un año te busca de nuevo" son puras mentiras, no se quien comenzó la falsa idea de que "el tiempo" dice el valor de las cosas cuando "el tiempo" sólo te sirve para superar las mismas cosas. Si decidió terminar contigo es porque no quiere estar contigo, ni hoy, ni mañana, ni en un par de años, así que lo mejor que puedes hacer es desde el día 1 trabajar en olvidar y soltarlo de tu alma. La clave de todo es enfocarse en lo que realmente importa y mantenerse positivo. Si la persona que amas se va es para ya no volver y la verdad es que extrañar duele pero aún nadie se ha muerto por extrañar o por amor. Así que mantente positiva y intenta sonreír así duela, que se vaya quién se tenga que ir que no pasa nada.

Lo mejor que puedes hacer es tomar esta experiencia y aprender de ella, usarla para experiencias futuras y obtener cada vez un mejor resultado.

Todo pasa, todo mejora, todo se olvida.
Mantente positiva.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Sin ganas de intentar

(Escribo y no tengo muchas ganas de hacerlo pero dicen que es buena terapia. Luego de años releerme y reírme de lo patética que puedo llegar a ser.)

Solía ser una persona muy terca. Sí, demasiado. Siempre manejo muchas estratégicas para lograr el mismo objetivo y si es que al final nada de lo que he planteado logra funcionar, saco de mi cajón la carta "manotazos de ahogado" que me ha dado resultados en pocas ocasiones pero siempre hay que intentarlo todo antes de izar la bandera blanca y decir: "Me rindo vida, tu ganas". Normalmente cuando decido irme es porque ya jugué todas las cartas y no tengo absolutamente nada más por ejecutar y tampoco que perder. Así que me voy tranquila del ruedo y en paz conmigo, aceptando que mi contrincante esta vez fue más astuto que mis estrategias, dándole la mano y agradeciendo por el tiempo jugado y vuelvo a mi sendero sin mirar atrás con una sonrisa en los labios. Sin embargo, esta es la primera vez que me han quitado las ganas de intentar. Podría hacer muchas cosas pero sólo hice un par de movimientos que obviamente no dieron (ni darán) resultado y no sé si es porque el resultado estaba cantado desde el inicio o porque no lo hice con el ímpetu que me caracteriza.

Decidí irme del juego, aceptando que he perdido y sin intentar meterme por la ventana cuando me cierran la puerta como solía hacer. Todo estaría bien si me habrían quitado las ganas de jugar sólo en esta partida pero el principal problema es que siento que me han quitado las ganas de jugar todas las partidas, todos los juegos y en todos los modos. Es como si me hubieran robado la alegría y las ganas de vivir del alma y ahora sólo soy una persona que camina por caminar, sin motivaciones, sin mañanas, sin planes, sin estrategias. Viviendo un día a la vez de la mejor forma que se hacerlo en piloto automático.

Decidí irme del juego pero siendo mucho más incrédula y estando más a la defensiva que antes. He colocado mil escudos para que nadie pueda hacerme sentir de nuevo como una persona que no vale la pena y menos la alegría. Tengo aún cada una de sus palabras resonando en mi cabeza y en la mañanas cuando despierto esperando que todo lo vivido sea sólo un mal sueño, la angustia se apodera de mi cuerpo y ciertas ganas de hacer algo por cambiar mi suerte pero luego recuerdo que no tengo las fuerzas para hacerlo ni la motivación. Luego recuerdo que no hay nada dentro de mis posibilidades que pueda hacer para solucionar las cosas.

Decidí irme del juego pero ahora no creo en las palabras y siento que no volveré a creer. No creo en las personas con bonita sonrisa. No creo en los para siempre. No creo que todo tenga solución, antes pensaba que si, que con ganas y punche una roca puede convertirse en mariposa y solía pensar que las personas cuando aman perdonan. No creo en las segundas oportunidades. No creo en que el tiempo mejora las cosas. No creo en que si algo es para ti por obra y magia del destino caerá del cielo y llegará a ti. No creo en nada de lo que no pueda ver.

Me rindo mi vida, ganaste y te llevaste mis ganas de ganar.

domingo, 2 de octubre de 2016

Entrelineas

Domingo. Despierto y me doy cuenta que no hay nadie en casa. Me gusta estar sola, desearía que mi cabeza también se vaya junto a los demás y dejar de pensar. Tomo una ducha, con la mente un poco caliente, y me pongo lo más cómodo que encuentro. Prendo un cigarro, cierro la puerta de mi cuarto y comienzo a soñar con que hubiera pasado si. Maldita costumbre de crear diferentes escenarios a situaciones que ocurrieron hace más de diez años. Las decisiones ya están tomadas, la suerte ya esta echada y gracias a eso estoy donde estoy y, siendo totalmente sincera, sigo tranquila y viva. Sin embargo, aún así sigo pensando en todos los mensajes entrelineas. 

"Dame un tiempo"

¿Qué significa dar tiempo? Nunca he entendido el verdadero significado porque asumo que cada uno tiene una distinta versión del "tiempo". Las pocas veces que he utilizado esa frase ha sido con un mensaje entrelineas: Necesito aprender a vivir sin "eso" que me complica los días, voltear la página y dar un nuevo comienzo. Otro mensaje podría ser: Déjame intentar otra cosa y si no funciona, volveré donde estaba. Tantos supuestos que me revolotean en la cabeza y es por eso que hoy he decidido tomar otra decisión y quiero que quede aquí como bitácora de mi vida. (Para los que no saben, muchas de las historias que publico son la versión que hubiera querido de algo, lo que me contaron, lo que escuché, lo que imaginé y otras tantas son bitácora de mi vida, que me ha servido cuando en medio de una discusión han querido cambiarme la versión de las cosas y mi carta bajo la manga fue sacar un publicación antigua en donde escribía literalmente como sucedieron las cosas). En fin, hoy decido dejar de asumir mensajes entrelineas, dejar de poner palabras en mi cabeza que la otra persona nunca dijo (tal vez ni si quiera pensó), dejar de asumir y dejar de pensar en los que hubiera pasado si. 

El tiempo está corriendo muy de prisa y es cuestión de cada uno utilizar su tiempo en lo que le venga en gana. Es decir, tienes todo el tiempo que vivas, al igual que yo y creo que he desperdiciado mucho porcentaje de mi tiempo en cosas que no valen la alegría y ya no estoy para vivir en penas. Ya llego mi tiempo en que tengo mucho que ganar. Mi tiempo de ser inmensamente feliz y tengo las herramientas para serlo. Hace unos meses dije que ya le había cogido un especial gustito a la espera sin embargo llegó el tiempo de ir a buscar las cosas que carezco y necesito para vivir en paz. Se acabaron los mensajes entrelineas, se acabo el modo "stand by", se acabo esperar que llegue lo que tiene que llegar, se acabo vivir más en el pasado que en el presente. 

Ahora, voy por ti...

domingo, 17 de julio de 2016

Gorda por dentro

Desde que recuerdo, la mayoría de personas que me rodea se ha burlado de mi cuerpo. Siempre he creído que tengo otros defectos con los que podrían molestarme, si es que una parte de la vida se trata de eso: molestar a otros. Pero no, se han afanado con cuantos kilos marca mi balanza, si es que estoy muy flaca o muy gorda o muy "normalita". Me han dicho comentarios de todo tipo, algunos apodos parecían tener una cuota de cariño y otros bastante despectivos. He escuchado desde "momia con uniforme" hasta "gordito", un par de kilo hacía que pase de un extremo al otro. Los únicos que endiosaban mi cuerpo han sido mis novios de turno (¿y quién no le diría eso a quién le da sexo 24x7?). Grandes chicos que me hacían creer que no debía ni bajar ni subir un gramo, todo estaba donde debía estar y me compraban una salchipapa con mayonesa, ketchup y guacamole para que termine de creerme el cuento.

Debo aceptar que algunos comentarios sí me afectaban y hasta por fugaces momentos los llegaba a creer, a pesar que les lanzaba una sonrisa como respuesta. Hasta los 17 años, me daba vergüenza utilizar ropa muy corta o pegada, ya que sabía que sería punto de burlas y lo único que quería era divertirme en buena onda. Luego, con un poco más de años encima, media carrera universitaria y el corazón roto; logre sentirme cómoda con mi cuerpo. Usaba la ropa que me gustaba, ya nadie hacía comentario alguno sobre mi. Había dejado atrás la época de colegio, o eso creía. Pobre e ingenua yo de 20 años que no tenía ni la menor sospecha que, en unos años, sería la gorda del grupo.

Sin embargo, mientras pasan los años, poco a poco asimilas mucho más todo lo que comes. Dejas de comerte una salchipapa entera ya que con 3 papitas aparentemente ya subiste 5 kilos más. Se acaba la era de dos panes ciabatta con huevos y hot dog en el desayuno e inicia una nueva vida de huevos sancochados, pan integral con queso, yogurt para cenar y agua en lugar de cualquier bebida azucarada. Te matriculas en el gimnasio, al que vas cada vez que te acuerdas y te martirizas cada vez que saliendo cometes alguna excepción a la dieta y comes uno de esos deliciosos sanguchitos con pollo. No tengo ni la mínima idea de lo que piensen los demás pero yo estoy un cansada de los estándares de belleza y de, peor aún, intentar encajar en ella. Cansada de la gente que cada vez que me ve diga: "¿te subiste unos kilitos? pero si antes eras flaquita" o me digan que soy una gorda sólo porque me gusta comer. 

He decidido mandar al demonio a todas esas vocecitas que retumban mi cabeza con comentarios que no suman Interiorizar que una balanza no te define y tampoco te hace mejor o peor. Entender que el punto es: Amarse. Sentirse cómodo y querer el cuerpo que tienes. No sentirte incomodo por comentarios ajenos. Si tu te sientes bien como estás, perfecto, lo lograste. Si no, trata de mejorar y tener una vida más saludable pero para ti. Ponte bonita para ti, para tus ojos. No para gustarle a alguien o caerle bien a los demás, no porque te dicen "gorda" o "fea", no para encajar en el grupito de las regias, no para querer parecerte a alguien más.

Hoy me voy a declarar como lo que soy: gorda por dentro (pesando poco menos de 60 kilos). Me encanta comer, está en mi top 2 de la lista de 5 placeres de la vida. Amo probar cosas nuevas y redescubrir mis platos favoritos. Me gusta el olorcito de pan recién horneado, ponerle huancaina a las menestras, comer caramelos mientras manejo el auto, tomar una buena taza de café con leche, cenar pastas los viernes por la noche y los domingos los contundentes desayunos familiares, ir por una cerveza los fines de semana. Me gusto así, soy feliz así.